Grifols, la empresa multinacional española especializada en el sector farmacéutico y hospitalario, vive momentos críticos desde que hoy se conociera un informe de Gotham, la firma que destapó el fraude de Gowex. Esto ha provocado que la empresa catalana se hunda un 40% en Bolsa tras las revelaciones del fondo bajista que acusa a la farmacéutica de maquillar sus cuentas para reducir su endeudamiento. Mientras tanto, sin más aclaraciones, la empresa lo niega.

Pero veamos la larga historia que hay detrás de Grifols S.A., una empresa familiar creada en Barcelona en 1940 por el médico José Antonio Grifols Roig, acompañándoles en la aventura científico-empresarial sus dos hijos José Antonio y Víctor. La firma originaria que dio origen al imperio farmacéutico actual fue Laboratorios Grifols. Pero para ser exactos, Grifols se fundó en Barcelona en 1909 como un pequeño laboratorio familiar de análisis clínicos. Su origen se remonta al Instituto Central de Análisis Clínicos, empresa también fundada por José Antonio Grifols Roig, que va a ser pionera en España en análisis clínicos y en la introducción de las técnicas de conservación y transfusión de la sangre.

La Primera Guerra Mundial dispara el interés internacional por las transfusiones sanguíneas. En 1929, Grifols i Roig patenta el primer instrumento para realizar transfusiones sanguíneas a distancia, la flébula transfusora.

De aquel laboratorio barcelonés, un vertiginoso crecimiento, plagado de éxitos y nuevas técnicas, logra que, a fecha de hoy, Grifols sea la tercera mayor empresa del mundo en el sector de hemoderivados y la primera de Europa, además de ser líder mundial en suministros a hospitales y estar verticalmente integrada en el sector de la medicina transfusional. ​Su sede continúa estando en el mismo lugar donde nación, en la Ciudad Condal.

Como mencionábamos anteriormente, en 1940 el médico hematólogo José Antonio Grifols Roig, junto con sus dos hijos José Antonio Grifols Lucas (1916-1958) y Víctor Grifols Lucas, y con Domingo Brasó, fundan en Barcelona Laboratorios Grifols, un centro de investigaciones clínicas y biológicas para el desarrollo de reactivos y productos terapéuticos aunque su origen se ancla en el Instituto Central de Análisis Clínicos, empresa fundada en 1909 por José Antonio Grifols Roig, pionera en España en análisis clínicos.

Técnica revolucionaria en 1950 y construcción de instalaciones industriales

En el año 1950 el doctor José Antonio Grifols Lucas desarrolló la técnica de la plasmaféresis, que consiste en reinfundir los hematíes al donante inmediatamente después de extracción, donde Grifols realizó el impulso definitivo a esta técnica. Hacia 1952 es cuando comienza la diversificación de la actividad industrial de Grifols y se empezaron a construir instalaciones para la fabricación industrial.

En los años sesenta, Grifols toma contacto con la empresa Dade-Reagents que terminaría creando Dade Grifols para el comercio de los reactivos. Poco después debido al gran crecimiento y demanda de productos, se construye una gran fábrica en Barcelona, en Parets del Vallès, que a día de hoy continúa siendo uno de los puntos neurálgicos del holding de Grifols, con más de un millar de empleados.

Estos años fueron de grandes cambios para Grifols, con una importante reestructuración empresarial en 1987 que la convertía en un holding de empresas. En 1988 se abría en Portugal una de sus primeras filiales fuera de España.

La década de los 90 del siglo pasado significó la consolidación de las actividades de la compañía, que vivió un acelerado proceso de internacionalización y crecimiento mediante el incremento de su presencia mundial en el sector del diagnóstico in vitro. En 1990 se creó la primera filial americana en Miami, más adelante se crearon las de Chile, Argentina, México, entre otras, dándose una expansión considerable a primeros de los 90 con el surgimiento de nuevas filiales en diversos países de Europa.

Mercado norteamericano y británico: Segundo proveedor mundial de plasma

En 1995 se obtuvieron las primeras licencias de la Food & Drug Administration (FDA), que otorgó las primeras licencias comerciales de la albúmina o la inmunoglobulina intravenosa para Estados Unidos. Grifols adquiría las filiales de Alpha Therapeutic Corporation en Reino Unido en 1997. En 2001 se llega a un acuerdo de compra con Seracare. Esta operación le supuso un desembolso a Grifols de más de 100 millones de dólares para hacerse completamente con ella. En esta década se realiza también la compra de la compañía Plasmacare junto con sus centros de obtención de plasma en EE. UU., situando a Grifols en ese momento como segundo proveedor mundial de plasma.

En junio de 2010, anunció la posible compra de su competidora estadounidense Talecris por 2800 millones de euros, aunque el costo de la operación ascendería a más de 3300 millones de contabilizarse la deuda asumida. En junio de 2011 la autoridad de defensa de la competencia norteamericana (FTC) dio el visto bueno a la operación de compra de Talecris, siempre y cuando se cumplieran las condiciones recogidas en el denominado "Consent Agreement". Estas condiciones de desinversión incluían, entre otras, la venta de dos centros de obtención de plasma en Estados Unidos a Kedrion (una empresa italiana especializada en la producción de hemoderivados), la venta de la planta de fraccionamiento de Melville (NY) a Kedrion (si bien Grifols la "explotará" en régimen de alquiler por un periodo máximo de cuatro años) y la venta del factor VIII de Talecris (Koate) solo en Estados Unidos.

Tras el visto bueno de la FTC, Grifols cerró la operación haciendo efectivo el pago por la totalidad de las acciones de Talecris. Sus acciones de Clase A cotizarían en el IBEX 35 y las acciones sin voto (Clase B) lo harían en el Mercado Continuo Español y el NASDAQ Grifols se convertía así en el tercer productor de hemoderivados del mundo. En esa enorme expansión y compra de las competidoras, Grifols adquiere, en 2013, el 60 % de la biotecnológica vasca Progenika Biopharma. También realizó la compra para la participación del 35 % de la estadounidense Aradigm Corporation. ​

Se realiza una de las mayores inversiones de la compañía al comprar la división de diagnóstico de la multinacional Novartis por 1224 millones de euros, adquiriendo una gran planta en los EE. UU. junto con diversas sedes comerciales por el mundo, como Hong Kong o Suiza, además de la incorporación de cerca de medio millar de empleados.18​

Grifols compra el 45 % de la estadounidense en investigación Alkahest y entra en la India de manera directa sin intermediarios por medio de propia filial. Más tarde, en 2016 adquiere el 49 % de la estadounidense Interstate Blood Bank y aumenta su participación al 89 % en la empresa Progenika. Esta trayectoria hace que EE.UU escoja a Grifols para ser uno de los dos únicos proveedores de los test del Zika, el denominado Procleix Zika Virus al tiempo que compra la división diagnóstico de la Americana Hologic por más de 1700 millones.

En 2017, diversifica sus inversiones y se introduce en el mercado del agua mineral al adquirir la empresa catalana Aigües Minerals de Vilajuïga, dedicada al embotellado del agua de aguja minero-medicinal Vilajuïga, que había anunciado su cierre en abril del mismo año.

Siguiendo esa estela de compras, Grifols acordó en julio de 2020 la compra al grupo surcoreano GC Pharma de una planta de fraccionamiento de plasma y dos plantas de purificación en Montreal, Canadá, junto con once centros de plasma en EE. UU.​

Grifols y la National Service Projects Organization inauguran el primer centro de donación de plasma en El Cairo, menos de un año después de firmar una alianza estratégica para desarrollar una plataforma integrada de suministro de plasma que permita alcanzar la autosuficiencia de medicamentos plasmáticos en el país y la región. El acuerdo incluye la construcción de otros 19 centros de donación, un laboratorio de análisis e instalaciones productivas en el país.

La gran OPA a Biotest en 2023

Y llega septiembre de 2021, cuando la compañía lanza una OPA sobre su rival alemana Biotest. Mediante el desembolso de 1.453 millones de euros, Grifols se hacía con el 96,2 % de los derechos de voto de Biotest y con el 69,72 % de su capital social. La operación elevaba la deuda financiera neta a 6480,3 millones de euros (más de cinco veces el ebitda), y provocó que el patrimonio neto del balance de 2021 se redujera en 830 millones y que la empresa se comprometiese a no realizar nuevas compras ni a repartir dividendos hasta reducir su deuda por debajo de cuatro veces el ebitda, lo que espera lograr en 2024.

Pero no todo es expansión y compras de competidoras y rivales. La incertidumbre financiera generada por la compra de Biotest, motivó que la agencia S& rebajase su calificación crediticia a grado especulativo (BB- con perspectiva negativa). Otro perfil negativo es que en marzo de 2023, Grifols anunciaba un plan de reestructuración para reducir costes con despidos de hasta 2300 empleados (el 8 % de su plantilla) a nivel mundial, 51 de ellos en España.

Ese ritmo vertiginoso, que incluso da vértigo, puede que le haya pasado ahora factura de comprobarse la verosimilitud de las acusaciones dadas a conocer hoy por Gotham, la firma que destapó el fraude de Gowex. 27.000 empleos están en juego, poca broma.