El modelo 'rider' de entregas a domicilio, basado en un repartidor ajeno tanto a la empresa que ofrece el producto como a la plataforma digital que lo pone a disposición de los usuarios, se ha convertido en un elemento o "factor tóxico" que pone en peligro la continuidad de este tipo de negocios, basados en el ahorro de costes con sistemas de "falsos autónomos". Así lo determina un estudio del Instituto Coordenadas de Gobernanza y Economía Aplicada sobre las perspectivas de futuro que tienen los diferentes sistemas de reparto o envío a domicilio de productos. 

Compañías como Deliveroo, Ubereats, Stuart o Glovo utilizan este sistema de trabajadores autónomos a pesar de que Inspección de Trabajo les atribuye una relación laboral dependiente con esas empresas. Los sindicatos tambiçen consideran que estas empresas digitales mantienen la misma relación con los trabajadores que las empresas tradicionales "en tanto en cuanto les dictan órdenes directas y obligan a los riders a someterse a unas condiciones de trabajo siempre dictaminadas por la empresa".

Polémcias aparte, el Instituto Coordenadas ha centrado su estudio en analizar el impacto que la visualización de las condiciones en las que los 'riders' realizan sus tareas tiene en la viabilidad o permanencia de este tipo de negocios y ha llegado a la conclusión de que si no hay cambios, "el modelo 'rider' puede acabar por condenar a la desaparición a este tipo de negocios, al menos en el espacio europeo".

Frente a ello apuesta por la viabilidad de sistemas de reparto como los que han puesto en marcha empresas como Burger King, Telepizza o Domino's, al integrar en sus estructuras laborales a los repartidores, con plenitud de derechos y ausencia de riesgos en el desarrollo de su trabajo. Son modelos, según el estudio, que aseguran la permanencia del negocio al eludir cualquier elemento de rechazo social y conforman un factor que contribuye a mejorar la experiencia de compra en esas empresas.

Rechazo social al modelo 'rider'

Mientras el modelo 'rider' genera una percepción de rechazo social, el 'modelo Telepizza' es percibido de forma positiva y para el desarrollo de iniciativas de empleo estudiantil, fuente complementaria de ingresos o primer empleo.

Los negocios desarrollados por Deliveroo, Stuart, Glovo o Ubereats, señala el estudio del Instituto Coordenadas, son "de una enorme creatividad y están perfectamente adaptados a las necesidades de los usuarios", si bien tienen un "Talón de Aquiles insuperable en el modelo de reparto". Tal y como está diseñado, continúa, implica "precariedad, inseguridad, peligrosidad y trabajo extenuante, una especie de estructura de explotación inadmisible socialmente".

El vicepresidente Ejecutivo del Instituto Coordenadas, Jesús Sánchez Lambás, ha considerado que es necesario avanzar de forma homogénea en el desarrollo de una plena sociedad digital. "Todas las partes deben ir al mismo ritmo y no puede haber puntos débiles que afecten a la viabilidad global de los negocios, ahorrando en la protección social del último estavon de la cadena, ya el unico contacto humano entre la empresa y el consumidor", ha subrayado.