Tras varios días de intensas negociaciones, Caixabank y los sindicatos han cerrado el acuerdo para firmar el mayor ERE de la historia de la banca en España, derivado de la fusión con Bankia. De hecho, se trata de uno de los mayores EREs de la historia de nuestro país, tan sólo superado por el de SEAT en 1993 o los de Telefónica en 1999 y 2011.

La negociación se salda con 6.452 extinciones de contratos en nuestro país, lo que supone la salida de 1.839 trabajadores menos, un 22% menos de lo que en un principio planteaba la entidad bancaria y el 14,5% de su plantilla total.

De hecho, el acuerdo contempla compensaciones para las personas que dejen la entidad, de forma voluntaria, con un aumento de los cupos máximos de salidas para las franjas de edad entre 52 y 53 años - hasta 750 euros-, y de 54 y 55 años - hasta 1.750 euros-. Es decir, el pacto contempla prejubilaciones a partir de los 52 años, lo que supone una enmienda a la reforma de las pensiones que prevé acercar la edad de retiro a los 66 años.

Por otro lado, las salidas, en su mayoría voluntarias, se producirán en toda la red del banco, tanto en las oficinas centrales donde se prevé la salida de 862 trabajadores, como en CaixaBank Operational Services con 113 despidos; EIC con 58 despidos o la red de oficinas, direcciones territoriales y servicios centrales distribuidos, con 5.419 salidas entre Madrid, Barcelona y Valencia.

Sin ceses forzosos

Como parte del acuerdo Caixabank ha retirado los ceses forzosos, ha incluido 708 recolocaciones en el grupo y mantiene la salvaguarda de la red rural de la España vaciada.

Además, la petición sindical de que no impusiese movilidades geográficas a más de 100 km - lo que podría incentivar la dimisión de algunos empleados- se ha convertido en uno de los puntos del acuerdo más discutido y que al final ha batallado y ganado la entidad bancaria, que podrá imponer a los trabajadores movilidades geográficas de 75 kilómetros cuando sea necesaria y de 40 kilómetros por motivos organizativos.

La propuesta, formulada por la dirección del banco, incluía también algunas mejoras sobre la propuesta de modificación del plan de previsión social, por la cual los nuevos empleados que puedan incorporarse en el futuro pasarán a tener una aportación al plan de pensiones de la empresa del 7,5% del salario pensionable de forma progresiva, aunque partiendo de un 6%.

El acuerdo se ha alcanzado con la última propuesta, que incluye modificaciones de condiciones que mejoran aspectos organizativos ligados al desarrollo del modelo de negocio de CaixaBank y el esquema de previsión social complementaria, así como un acuerdo laboral de integración para la plantilla procedente de Bankia, tras más de dos meses y medio de negociaciones.