Alcanzar la neutralidad climática en 2045 se ha convertido en la mayor prioridad de las empresas del Grupo ACS, anticipándose en cinco años al límite marcado por la Unión Europea. No todo vale a la hora de ganar dinero y Florentino Pérez ha impuesto en todas sus empresas una política de tolerancia cero con la contaminación ambiental. El Plan Director de Sostenibilidad 2025 aprobado el año pasado empieza a dar sus frutos tanto en la adaptación de los proyectos de construcción como en el uso de la energía o las materias primas.

ACS, líder mundial en infraestructuras, se ha convertido en el principal referente del desarrollo sostenible del sector. El 87,3% de las operaciones de la multinacional española a lo largo de 2021 contaron con la certificación ISO 14001, que acredita el compromiso de la compañía con el medio ambiente y la sostenibilidad. Además, aplica un sistema de verificación externa que ha supuesto la implementación de 1.143 auditorías para analizar el impacto de la actividad del grupo en su entorno.

El sector de la construcción es uno de los más intensivos en carbono por lo que era urgente establecer medidas de eficiencia energética y reducción de emisiones.  Desde 2018 el Grupo ACS ha reducido de forma significativa las emisiones de CO2, pasando en términos globales de 6.368.019 unidades de carbono equivalente (CO2eq) en 2018 a 3.064.708 en 2021.

El compromiso recogido en el Plan Director para poder cumplir con el reto de la descarbonización es reducir en 2025 un 15% de las emisiones de Alcance 1 (directas de fuentes propias o controladas), y un 30% de las emisiones de Alcance 2 (indirectas, procedentes de la energía que consumen), con respecto a las del año 2019.

Compensación de la huella de carbono

En paralelo a la reducción de emisiones, el compromiso de ACS en la lucha contra el cambio climático pasa también por compensar su huella de carbono. A lo largo de 2021 Dragados y Vías compensaron un total de 244 toneladas de CO2, lo que supone un aumento más que significativo con respecto al año anterior, que fue de apenas 9 Tn.

En Burgos y Palencia, por ejemplo, se han plantado distintas especies autóctonas como el Quercus pirenaica, Quercus ilex o el Pinus nigra hispánica, para crear un bosque que evite la desertificación y aumente la diversidad en la zona. En Brasil se ha puesto en marcha una central hidroeléctrica de 14,75MW y en Perú se está trabajando para mitigar la deforestación de la Amazonia a través del proyecto Cordillera Azul. Allí se están aplicando medidas de conservación para detener la tala ilegal de árboles y fomentar la gestión forestal sostenible.

Más allá de la compensación de la huella de carbono, iniciativas como la de Brasil o Perú contribuyen a la conservación y una gestión sostenible de los recursos hídricos, preservan la biodiversidad, previene inundaciones y contribuyen al desarrollo económico, entre otras cosas.

Uso sostenible de los recursos

El Plan Director exige que el 80% de los residuos sean reciclados. Además promueve un modelo circular que prioriza la reducción y optimización del uso de los materiales. Para incentivar el uso de materiales sostenibles, cuenta con una Política de Materiales de Construcción que marca las pautas a seguir. Entre otras cosas, hay un compromiso con la trazabilidad del 100% de los productos empleados, la utilización de materiales y áridos reciclados -algo muy positivo dado que uno de los bienes más escasos y del que poco se habla es la arena-, o formación en técnicas de gestión de residuos.

Las instalaciones de mantenimiento de trenes que CPB Contractors está construyendo en Nueva Gales del Sur (Australia) es un buen ejemplo de economía circular. Están utilizando un producto llamado ViroDecs Zero, que es un hormigón premezclado neutro en carbono que cuenta con el certificado Climate Active del Gobierno australiano.

El principal beneficio en materia de sostenibilidad de la adopción de este producto es la reducción de la huella de gases de efecto invernadero. Según los cálculos de la compañía, si se utilizase hormigón convencional en este proyecto se emitirían unas 2.900 toneladas de emisiones contaminantes y que, con el hormigón premezclado, quedan compensadas.

El reciclaje de materiales es clave en la construcción del metro de Sídney, un proyecto de CPB Contractors y UGL. De esta manera reducen la huella medioambiental de los materiales utilizados, se reutilizan el 100% de los escombros útiles, el 90% de los residuos reciclables de construcción y demolición y, además, se obtiene madera 100% reutilizada, reciclada o de origen sostenible.

Las obras de ACS en el metro de Sídney han sido premiadas como "obra maestra de innovación en ingeniería"

El proyecto del metro de Sídney obtuvo la semana pasada en Australia el Premio a la Construcción 2022 de los profesionales del sector “por ofrecer una obra maestra de innovación en ingeniería”. Aparte de la espectacular obra para excavar 15,5 kilómetros de túneles, pasajes transversales y siete estaciones subterráneas, se aplicaron soluciones sostenibles pioneras en este país. Estas iniciativas medioambientales recibieron la calificación más alta de sostenibilidad de infraestructura de ISCA. Entre otras cosas, se reciclaron el 95% de los residuos de construcción, el uso del agua se redujo más del 26% y se reutilizaron 4 millones de toneladas de tierra en la construcción de carreteras y otros proyectos de la compañía.

Planes especiales para proteger la biodiversidad y el medio ambiente

Otra línea de trabajo es la protección de la biodiversidad ante el riesgo potencial sobre el medio ambiente que produce cualquier proyecto de construcción. La compañía está muy  concienciada en minimizar ese posible impacto, respetando especialmente las zonas naturales protegidas y de alto valor ecológico. Se hacen, entre otras cosas, estudios de impacto ambiental, planes de vigilancia, se establecen medidas preventivas y de protección física, trasplante o traslado de especies vegetales y animales y actividades de compensación, restauración y reforestación. Durante el año 2021 el Grupo ACS realizó trabajos en 19,4 hectáreas de terreno.

 

Uno de los proyectos más llamativos lo está llevando a cabo Dragados Canadá en el puente Gordie Howe, que une la ciudad de Detroit (EEUU) con Windsor (Canadá) y es uno de los pasos más concurridos de la frontera entre ambos países. Para mitigar el impacto en la avifauna local, se está llevando a cabo un monitoreo ambiental diario para identificar posibles riesgos y, en su caso, adoptar medidas.

Aunque estas estrategias funcionan muy bien en la protección de los nidos, idealmente el mejor enfoque posible es evitar que las aves aniden dentro de los límites del proyecto. Por este motivo, se ha puesto en marcha un plan de cetrería para el control de las aves.

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Todas estas actuaciones, como dijo Florentino Pérez ante los accionistas en la Junta General, han “culminado un año de importantes cambios que refuerzan nuestra estrategia de crecimiento sostenible y rentable”. En este sentido se comprometió a seguir trabajando alineado con los intereses de la sociedad “persiguiendo ser más eficientes; estar medioambientalmente comprometidos; reforzar nuestra vertiente social con mayor seguridad, más diversidad y mejores recursos humanos; y continuar promoviendo una cultura empresarial éticamente responsable, compatible con los objetivos de rentabilidad y creación de valor”.