El presidente y consejero ejecutivo de la empresa estadounidense Boeing, Dennis Muilenburg, que se enfrenta a la mayor crisis desde que asumió el cargo, ha señalado que su empresa comprende que "las vidas dependen del trabajo que hacemos" y que está tomando medidas para "garantizar completamente" la seguridad del avión 737 MAX a raíz de los accidentes en Indonesia y Etiopía que han costado la vida a 346 personas y los al menos cinco incidentes sin víctimas registrados en el centro de seguridad aérea de la NASA. 

Muilenburg aseguró ayer, lunes, que una actualización del software del 737 MAX que comenzó a desarrollarse tras el accidente mortal en octubre de Lion Air en Indonesia saldrá "pronto" a la luz. Los investigadores del accidente del Boeing 737 MAX en Etiopía hace ocho días han hallado sorprendentes similitudes con el siniestro del 737 MAX que se estrelló en Indonesia. El 10 de marzo, un avión de Ethiopian Airlines se estrelló poco después de despegar, acabando con la vida de 157 personas y provocando que los aviones Boeing 737 MAX de todo el mundo dejaran de volar y una investigación exahustiva en la industria de la aviación. En el accidente de Lion Air en Indonesia, muy similar, murieron 189 personas.

"Basándonos en los hechos del accidente del vuelo 610 de Lion Air y los datos emergentes que están disponibles tras el accidente del vuelo 302 de Ethiopian Airlines, estamos tomando medidas para garantizar la seguridad del 737 MAX", ha afirmado Muilenburg en una carta dirigida a las aerolíneas, pasajeros y la comunidad de aviación. "También entendemos y lamentamos los desafíos que afrontan nuestros clientes y los pasajeros debidos por la cancelación de vuelos", ha añadido.

Recopilados los datos de las cajas negras de Ethiopian

Por otro lado, los investigadores etíopes han regresado a Etiopía de París, donde gracias a colaboración de la Oficina de Investigación y Análisis (BEA), han recopilado los datos de las dos cajas negras del Boeing 737 MAX 8 siniestrado el 10 de marzo, minutos después de haber despegado del aeropuerto de Adís Abeba en el vuelo ET302 de Ethiopian Airlines, según han explicado a Reuters dos fuentes conocedoras de la investigación. Los datos recogidos por la Grabadora de Voz en Cabina (CVR) y el Registro de Datos de Vuelo (FDR) están ya en Adís Abeba, según ha asegurado una de las fuentes, que ha hablado bajo la condición de anonimato.

Los investigadores del accidente aéreo de Etiopía se vieron obligados a trasladar a Francia las dos cajas negras de la aeronave debido a las dificultades que experimentaron para recuperar los datos que almacenaban los dos dispositivos, una labor que finalmente han podido completar gracias a la intervención de los técnicos de la Oficina de Investigación y Análisis (BEA), el organismo de investigación aeronáutica encargado de analizar todos los siniestros aéreos en Francia. Según ha contado la BEA en su cuenta de Twitter, los investigadores de Etiopía han pasado tres días en las instalaciones de la agencia en París para recabar los datos de las 'cajas negras' para poder analizarlos e incorporarlos a sus indagaciones sobre lo que le sucedió al aparato que se estrelló minutos después del despegue desde el aeropuerto internacional de Adís Abeba.

El problema del que no se avisó

Los datos recogidos hasta ahora señalan al sistema automático MCAS (Sistema de Incremento de Maniobrabilidad en sus siglas en inglés) como el culpable de los accidentes. El 737 Max es un rediseño del Boeing 737 pero con motores más grandes y más eficientes (consumen menos combustible). Este incremento del tamaño en los motores provoca que, cuando se alcanzan ciertas condiciones de ángulo y velocidad, el avión se incline hacia arriba, por lo que el MCAS compensa automáticamente la inclinación sin necesidad de intervención del piloto. Boeing no informó de la existencia de este sistema, ni del procedimiento para desconectarlo en caso de mal funcionamiento. En los dos accidentes mortales, el MCAS interpretó erróneamente que la maniobra de despegue del avión era una descompensación provocada por los motores e inclinó bruscamente el morro de los aparatos. Así, en plena maniobra de ascenso, los 737 Max accidentados pasaron a caer en picado. Los pilotos, que no eran conscientes de que se trataba del MCAS, ni estaban instruidos para desconectarlo, trataban de volver hacer ascender al avión sin poder recuperar el control, por lo que el sistema automático dirigió a ambos aviones directamente al suelo y a toda velocidad.