Varias generaciones de niños de todo el mundo que ahora discurren por la mediana edad crecieron fascinados por la carrera espacial. Más allá incluso. Con aquellos hitos en los que si una superpotencia ponía a un hombre en órbita, la otra lo impulsaba hasta la Luna. Con la distensión y la desaparición de uno de los bloques aquello se acabó.

Marte, el objetivo

Se acabó hasta ahora. Son las grandes corporaciones las que han tomado el relevo de las grandes naciones. Los presupuestos generales de los estados ya no están para dispendios de ingeniería que inflen el orgullo patrio. Ahora la cosa es más prosaica. A ver quién la hace más gorda para que todo el planeta hable de la empresa. Si alguien domina esta técnica es Elon Musk y sus megalomaníacos proyectos hipertecnológicos. Ahora a Musk le ha salido un duro competidor: Boeing. Y el objetivo no puede ser más ambicioso. Ha empezado la carrera por ser los primeros en poner un hombre en Marte. Musk confía el proyecto a su división SpaceX, esa mezcla de viajes turísticos al espacio y auténtica conquista espacial… en coche. Enfrente ha surgido con fuerza el gigante aeronáutico. En Boeing están convencido de que serán capaces de dirigir con éxito un cohete al planeta rojo.

'Beef' en Twitter

Como otro signo de los tiempos, el reto se ha iniciado en redes sociales, como si de adolescentes o estrellas del rap se tratara. Boeing aseguró a través de Twitter que serán los primeros y Musk les retó a hacerlo realidad. Y al parecer en la empresa de aviones están ultimando su Space Launch System con el que esperan realizar las primeras pruebas en 2019. Pruebas que serán a la altura del reto. Llegar a la Luna a ver qué tal va todo. Si todo va como esperan, creen que el asalto a Marte podría realizarse en 2022. Lo cierto es que Musk, para entonces, ya espera no solo haber llegado si no incluso, comenzar a establecerse en el planeta vecino.