De nuevo, la solidaridad brilla por su ausencia en una Europa azotada por la propagación del Covid-19. Nuestros socios, cada vez más nacionalistas, cada vez más proteccionistas, miran hacia su propio ombligo, negando la ayuda necesaria a los países más afectados por la pandemia. Se trata de un viejo cuento: el de la Europa a dos velocidades.

Tras 16 horas de discusiones, los ministros de Finanzas de los Veintisiete constataron en el día de ayer la falta de consenso, por ello, hoy, tratan de imponer un acuerdo de mínimos que establezca cuáles han de ser los primeros pasos para abordar la recuperación económica de la eurozona. Si será posible o no, es otro tema.

No obstante, es llamativo, que sean Holanda, Finlandia y Austria los países que más dificultades estén poniendo  en el marco del diálogo y que nieguen a España e Italia la asistencia económica procedente del Fondo Europeo de Rescate (MEDE). Es sorprendente porque son estos tres países los que, en conjunto aportan un 10,2 por ciento de esos fondos mientras que España e Italia, en conjunto, aportan un 29,6 por ciento.

De hecho, ante la imposibilidad del avanzar hacia un acuerdo satisfactorio para todas las partes, la propuesta del presidente del Eurogrupo, Mário Centeno, que manifestó tras la larga jornada su descontento en Twitter, fijaba que los países pudieran recibir una cantidad próxima al 2 por ciento de su PIB para gestionar los efectos económicos de la pandemia en sus respectivos países. Pero ni Italia ni Holanda se bajan del burro: el ministro italiano, Roberto Gualtieri, no acepta bajo ningún concepto las condiciones de un rescate dada la emergencia sanitaria que vive y que tendrá que afrontar el país en los próximos meses. Por su parte, Holanda, insiste en un rescate en dos fases: la primera, supone un desembolso monetario sin condiciones y la segunda, mediante un programa de ajustes y reformas, es decir, créditos y más créditos.

Ante la disyuntiva, aparecen en escena Emmanuel Macron, Primer Ministro de Francia;  Pedro Sánchez presidente de España y Giuseppe Conte, Primer ministro italiano, que presionan para financiar la recuperación de Europa y asumen el riesgo de acentuar la brecha entre el Norte y la Ribera Sur de Europa, devastada por propagación de la enfermedad y la parálisis de los mercados. “Ahora o nunca”, reclama Sánchez a Bruselas. En definitiva, un panorama poco alentador el que se abre paso en el seno del mayor proyecto de política regional de la historia.

¿Qué opinan resto de organismos?

Por su parte, Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo (BCE), quita hierro al asunto y a la falta de acuerdo entre los miembros de la eurozona sobre los "coronabonos" e insiste en que Europa dispone hoy de los instrumentos necesarios para garantizar que ningún Estado quiebre. “Los bancos europeos son más sólidos de lo que eran en 2008”, afirma. ¿De verdad?

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), partidaria desde el inicio de esta crisis sanitaria de la emisión de los coronabonos, se ha vuelto a pronunciar y asegura que, las grandes economías internacionales sufrieron en marzo el mayor descalabro de toda su historia. Concretamente evalúa que el PIB en España podría caer entre el 5 y 9 por ciento y que el incremento de parados podría situarse entorno al medio millón. Específicamente, el organismo afirma que nuestro país volverá a entrar en recesión como consecuencia del parón de la actividad y de la caída de la demanda, circunstancia que podría extenderse hasta el mes de mayo.

Por su parte, el Fondo Monetario Internacional (FMI) asegura que el inicio de la recuperación de la economía global no se producirá hasta el 2021, siempre y cuando haya una desescalada del número de contagios en el contexto de la pandemia en la segunda mitad de este año. Circunstancia poco probable si se tiene en cuenta la falta de medidas que están adoptando otros países, como es el caso de Estados Unidos cuyas cifras tampoco son esperanzadoras.Los demandantes de empleo en el país han crecido hasta los 6,6 millones de parados, una cantidad 20 veces superior a la registrada dos semanas antes. Más de 90 países ya solicitan la asistencia financiera del FMI.