Este lunes se ha celebrado en Fráncfort el último acto para Mario Draghi como presidente del Banco Central Europeo (BCE). A pesar de los mensajes de despedida repletos de alabanzas por parte de sus compañeros, el todavía presidente mostró la rigidez que le caracteriza, con un discurso técnico en el que dejó deberes para los Gobiernos de la Unión Europea.

Los presidentes de las grandes potencias europeas como Angela Merkel, Enmanuel Macron y Sergio Matarella agradecieron a Draghi la contribución de estos últimos años para fortalecer el euro y mantener la independencia del organismo. El presidente respondió agradeciendo su forma de trabajo mucho más autónoma que en otras áreas económicas.

Ahora, el presidente pide a los Gobiernos más gasto para impulsar la economía, en línea con la política que ha llevado a cabo en los ocho años de su mandato. “Una política fiscal más activa en la zona euro nos permitiría ajustar las políticas del BCE más rápidamente, lo que llevaría a subir los tipos de interés”, ha asegurado el italiano en su discurso.

En la misma línea, el todavía presidente del BCE no ha querido dejar su mandato sin recordar la necesidad de que la Eurozona cuente con un instrumento fiscal común, “con una potencia suficiente para estabilizar la unión monetaria”.

Así termina Draghi su mandato de ocho años. A partir de este viernes la encargada de velar por la buena marcha económica de la Unión Europea será Christine Lagarde, la antigua jefa del Fondo Monetario Internacional (FMI) que llegará con un nuevo estilo a la presidencia del Banco Central Europeo (BCE).