Mario Draghi, Presidente del Banco Central Europeo,  tiene el poder de cambiar la economía de unos cuantos países, incluido España, con una sola frase. Hace casi un año, el 26 de julio de 2012, cuando España estaba al borde del abismo con la prima de riesgo acercándose a los 700 puntos básicos y a punto de declarase en suspensión de pagos (bancarrota), Draghi enseñó su artillería, solo la enseñó, y con la ya mítica frase "haré todo lo que sea necesario y créanme, será suficiente" para salvar el euro, las primas de riegos de Gracia, Portugal, Irlanda y España comenzaron a bajar. Aquella frase significaba mucho más, el mensaje que se trasladó al mundo fue que Europa había tomado una decisión política: el Euro no desaparecería, no se volvería a las monedas nacionales y tampoco habría ni expulsiones de países fuer a de la moneda única ni un euro para países ricos y otro para pobres, opciones todas ellas que se llegaron a barajar seriamente. Quedó claro que el Euro no sería un invento pasajero y que la lenta Europa se disponía a enmendar los errores de su nacimiento (unión bancaria, unión fiscal). Se vitó la debacle nuclear, pero eso no significó que la crisis se fuera a esfumar, ni mucho menos.

No retira el oxígeno
Draghi ha lanzado otro mes de julio otra frase milagrosa: "El consejo de gobierno (del BCE) espera que los tipos de interés oficiales permanezcan en los niveles actuales o más bajos durante un largo período de tiempo". Lo nunca visto, el Banco Central Europeo jamás compromete acciones futuras y jamás las anuncia. Preguntado el Presidente del BCE cuanto era un largo período de tiempo respondió: "un extenso período de tiempo no son ni 6 ni 12 meses", con lo que se confirma la previsión de economistas y políticos de que era imprescindible mantener los tipos de interés en mínimos históricos en la zona euro al menos durante dos años.

Pero que los médicos no retiren el oxígeno ni la respiración asistida a un enfermo que está en la UCI no significa que ya esté curado, significa que no le dejan morir, por ello no hay que olvidar que Draghi repite una y otra vez que el Banco Central Europeo puede actuar sobre la política monetaria, comprar deuda de países que no se pueden financiar en los mercados, pero que son los gobierno nacionales los que con sus medidas tiene que bajar las cifras de paro, reducir los déficit y establecer mecanismos para que el crédito llegue a empresas y familias.

Una bajada de tipos alivia la deuda, pero no genera crecimiento
Una bajada de tipos de interés siempre es una buena noticia porque las hipotecadas familias españolas pagarán menos en su recibo y las endeudadas empresas españolas pagarán menos intereses, pero por si sola una bajada de tipos de interés ni nos saca de la crisis ni genera crecimiento económico porque, entre otras cosas llevamos ya dos años con los tipos de interés más bajos de la historia del Euro y el crédito sigue sin fluir. No hay financiación ni para empresas ni para particulares porque los bancos siguen muy ocupados en cubrir su propia y gigantesca deuda.

Cambio estratégico en la política del BCE
Lo realmente importante, la clave de bóveda de los anuncios de Mario Dragui es que el Banco Central Europeo cambia totalmente de política, de rumbo, de cometido y de actuación. El BCE nació con un único mandato, controlar la inflación de la zona euro y la estabilidad de la moneda única. Este era el argumento de los alemanes para oponerse a que el BCE comprara deuda de países rescatados total o parcialmente (Grecia, Portugal, Irlanda, Chipre, España o Italia), pero hace un año el Presidente del BCE anunció que cuando las turbulencias nacionales ponían en peligro el euro, su institución debía actuar. Ahora el 'banquero central' ha dicho públicamente que el debate de los tipos de interés ya no dependerá única y exclusivamente de la inflación, sino de tres variables: las perspectivas de inflación a medio plazo, la situación de la economía real y la evolución de la liquidez al crédito. En definitiva, por fin el BCE comenzará a funcionar con la Reserva Federal norteamericana, le costará llegar  pero empieza a parecerse.

Le queda otro as en la manga
Cuando el pasado mes de junio el presidente de la Reserva Federal norteamericana anunció que a partir del otoño empezaría a reducir los planes de estímulo a la economía, los mercados se pusieron nerviosos pero Draghi ya avanzó que no se quedaría de brazos cruzados. Apuntó dos actuaciones, mantener la liquidez e incluso establecer tipos de interés negativos. ¿En qué consiste esta última opción? pues en cobrar a los bancos por tener depositado su dinero en el BCE en vez de poner lo en circulación. La situación es la siguiente, ante la parálisis de la economía real los bancos destinan el dinero a comprar deuda soberana de países con problemas que pagan altos tipos de interés, y también a tenerlo a buen recaudo en el BCE que también les paga tipos de interés. La consecuencia es que la economía se estrangula por la falta de crédito, y lo que anuncia Draghi es que si los bancos siguen sin mover el dinero, sin conceder crédito, empezará a cobrarles en vez de pagarles por tener su dinero quieto y guardado, será entonces cuando a los bancos les interese más cobrar por un préstamo a un empresa que pagar por tener el dinero guardado.