La ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, ha firmado este miércoles con los sindicatos el acuerdo para subir el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) un 5%. Unai Sordo, secretario general de CCOO, y Pepe Álvarez, secretario general de UGT, han rubricado el documento junto con la vicepresidenta segunda, poniendo fin al proceso de negociación que llevaba abierto varios meses. La subida todavía deberá ser aprobada y recogida en el Boletín Oficial del Estado (BOE), pero su aplicación será retroactiva desde el 1 de enero.

La cuantía de aquellos que menos cobran se situará en los 15.876 euros anuales, lo que se traduce en una subida de 756 euros anuales. A nivel mensual, los perceptores del SMI cobrarán 1.134 euros en 14 pagas, 1.323 euros si reciben su sueldo prorrateado en 12 pagas. El aumento, en consecuencia, asciende hasta los 54 euros mensuales (63 euros en 12 pagas). “Mejora la vida de la gente trabajadora, especialmente mujeres y jóvenes”, ha celebrado Díaz.

La fotografía, en la que una vez más no ha estado presente la patronal, ha dejado la sonrisa de todos los allí presentes, satisfechos con el pacto alcanzado. La Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) se descolgaba de acuerdo tripartito en los momentos previos a la última reunión de la mesa de diálogo, lo que permitió a Trabajo y Sindicatos elevar el porcentaje de la subida un punto por encima del 4% que el Ministerio planteaba como punto intermedio entre las partes.

El incremento beneficiará a más de tres millones de trabajadores que perciben el mínimo legal por el desempeño de sus funciones, gracias al incremento practicado en los últimos años. De hecho, en 2016 tan solo medio millón de personas lo percibían, debido a lo bajo que se situaba su cuantía. Además, estos verán incrementado el mínimo exento de pago del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) para adecuarse a la nueva cuantía, de la misma manera que sucedió con la pasada subida del SMI.

Intercambio de felicitaciones y retos a futuro

“Nos hubiera gustado tener a la CEOE y Cepyme. Les hemos dado todo tipo de facilidades, más tipo de flexibilidad no era posible”, ha señalado el líder de UGT. No obstante, más allá de este lamento, ha celebrado un acuerdo que “tiene cara de mujer y de joven”. “El SMI es un gran instrumento desde el punto de vista del reparto de riqueza y eficiencia económica y, en consecuencia, es uno de los elementos fundamentales de justicia social”, ha valorado, añadiendo el impacto de este sobre el consumo.

Más allá, ha pedido seguir trabajando para seguir combatiendo la “ambición desmedida de beneficios” de los empresarios y ha pedido interceder para solventar las reticencias a incluir la subida en los convenios colectivos. “Debe regularse por ley regularse hasta qué punto es necesario que, de manera automática, en los convenios colectivos en los que se vea afectado los salarios más bajos por el SMI puedan ya situar el aumento en las propias escalas salariales, de tal manera que no tengamos en un camino complejo para que este aumento sea efectivo en los convenios”, ha exigido Álvarez.

Sordo también ha felicitado a los equipos de negociación, pero de igual manera que su homólogo de UGT, ha planteado nuevos retos. "Es necesario modificar en España la posibilidad de repercutir los incrementos salariales de los convenios colectivos, no solo los del SMI, a las empresas que licitan directamente con la Administración", ha señalado el líder de CCOO, defendiendo la demanda patronal. Actualmente, producto de la ley de desindexación, existen trabajas para poder repercutir estos aumentos, lo que “está estrangulando la negociación colectiva de algunos sectores”. 

“Todos los dogmas del austericidio y del neoliberalismo aplicados al mercado laboral se están demostrando que eran pura ideología y que, encima, eran mentira”, ha añadido. Para concluir, ha puesto en valor que el país cuente con el récord histórico de personas cotizando a la Seguridad Social y esté “en mejor disposición de abordar las transformaciones que le quedan a nuestro tejido productivo en mejores condiciones que si se hubiese aplicado la austeridad”.

El broche al acto lo ha puesto la ministra de Trabajo, que se ha desecho en elogios con los equipos y personas implicadas en todo el proceso de estudio, negociación y definición del nuevo SMI. “Fruto de una sensibilidad necesaria, que vela por el bienestar común, aumentan las razones y la satisfacción de la ampliación de derechos de los trabajadores de nuestro país. En especial de las personas que tienen los salarios más bajos”, ha comenzado poéticamente.

Una persona que cobre el SMI cobra 5.573 euros más al año que en 2018, cuando Pedro Sánchez llegó a la Moncloa y Díaz a la cartera de Trabajo. Un aumento del 54% en tan solo cinco años que la vicepresidenta ha querido poner en valor.