UGT, con motivo del Día Mundial de Lucha contra el SIDA, hace un llamamiento a los poderes públicos para acabar con el estigma y discriminación que sufren las personas afectadas por VIH y SIDA, una asunto, prácticamente, ausente de la agenda política de los distintos gobiernos.

Lejos de tener una legislación adecuada que proteja a este colectivo, sucede justo lo contrario. Se suele apartar a las personas afectadas de espacios de participación, del mercado laboral, sufren pérdida de derechos y, por tanto, de protección social.

La reforma laboral de 2012 ha empeorado las condiciones laborales de todos los trabajadores, pero en especial de los más vulnerables. Esta reforma, endureció la redacción del art.52. del Estatuto de los Trabajadores y la reciente sentencia del TC ha avalado este atropello a los derechos de los trabajadores, en especial el que tiene que ver con la salud laboral, pues ratifica el despido objetivo, pese a que haya bajas justificadas. Algo que afecta en primera persona a los trabajadores afectados por VIH, Sida. Al temor a que se descubra su enfermedad para no ser estigmatizados, se une ahora el miedo a ausentarse del trabajo y ser despedidos, lo que puede entorpecer el seguimiento médico de su enfermedad o su tratamiento.

Evitar las discriminaciones en el empleo

Más allá de centrar los esfuerzos, en el plano sanitario, para que el 100% de los casos sean diagnosticados a tiempo, UGT demanda abordar el VIH y el SIDA, en el ámbito laboral, como una cuestión de salud, libre de discriminación, y evitar que se vulnere los derechos fundamentales de los trabajadores y trabajadoras afectadas.

En este sentido, exige poner en marcha el Pacto Social por la No Discriminación y la Igualdad de trato asociada al VIH, aprobado hace ahora un año, y en el que UGT reclamaba entre otras cosas:

  • Que las Administraciones Públicas sean ejemplo en la lucha contra la discriminación laboral de las personas con VIH

  • Erradicar las discriminaciones en el acceso al empleo y que se garantice el mantenimiento de los puestos de trabajo.

  • Garantizar la protección de la vida privada y la confidencialidad a la que tienen derecho todos los trabajadores y trabajadoras, impidiendo que tengan que someterse a una prueba de detección del VIH o a que se revele su estado serológico.

  • Que los interlocutores sociales tengan plena participación a la hora de abordar, tratar y reconocer el VIH y el SIDA, como una cuestión relativa al lugar de trabajo.

Algunos datos:

  • En los últimos tres años, el 47% de personas con VIH, en el mundo, han logrado suprimir su carga viral.

  • El 97% de las personas afectadas se encuentran en edad laboral y con un largo periodo de vida laboral futura.

  • El porcentaje de empleo de las personas con VIH y SIDA ha aumentado, significativamente, pasando del 42,2% en 2002 a un 53,9% en 2017.

  • El porcentaje de personas sin empleo ha disminuido de un 36,4% en 2000 a un 20% en 2016.