A casi 50 céntimos el litro. Este es el desorbitado precio que muchas comunidades de vecinos están pagando en localidades de la Costa del Sol para hacerse con cubas de agua para poder rellenar sus piscinas o regar zonas comunes de aquí al verano.

La compra de cubas de agua en la provincia de Málaga, una de las más castigadas por la seguía, empezó en 2023 una vez que entraban en vigor las primeras restricciones que se adoptaban para hacer frente a la sequía. En 2024, sin apenas lluvias significativas y peores previsiones meteorológicas, la demanda (y el precio) de cubas de agua se ha disparado.

Y es que a sabiendas de que a corto plazo es imposible que la Junta de Andalucía y los ayuntamientos de la provincia de Málaga levanten las prohibiciones de usar agua potable para el riego de jardines, el baldeo de zonas comunes, o el rellenado de piscinas; se ha desatado toda una fiebre por adquirir miles y miles de litros de agua a través de cubas o cisternas.

Y el precio no para de subir. En primer lugar, porque muchas comunidades de vecinos temen que a corto plazo también se prohíba la adquisición de agua destilada para abastecer tanto a particulares como a comunidades de vecinos. Y, en segundo lugar, porque la demanda es mucho más alta que la oferta.

El agua, a precio de refresco

De este modo, en la actualidad, la adquisición de un contenedor de 1.000 litros de agua destilada, descalcificada y desmineralizada, alcanza los 416.54 euros (IVA incluido). Es el precio que ofrece una de las principales empresas del sector en Málaga y que no incluye transporte.

Es decir, si una comunidad de vecinos quiere que esa cuba de agua destilada sea transportada a sus instalaciones, el precio auméntela en 80,16 euros. O dicho de otro modo, en total se deben pagar por la cuba 496,7 euros.

El litro de agua, por tanto, sale a 0,49 céntimos de euro.

Captura de un anuncio de una cuba de agua. EP

 

Comunidades… y agricultores

A día de hoy podemos hacer garantizar el servicio siempre y cuando la legislación no cambie y los acuíferos nos lo permitan. Porque el agua que ofrecemos en este caso no es salada, sino agua limpia de pozo”, explica a este periódico la encargada de una de las empresas dedicadas a este servicio que no deja de experimentar un aumento en la demanda, debido a que también muchos agricultores adquieren este tipo de cubas para el riego, una necesidad constante en esta región.

Por ejemplo, basta con recordar que los cultivos de aguacate, que son especialmente sensibles a la falta de agua, requieren un riego mínimo de 30 litros por árbol cada cuatro días.

Desde una administración de fincas que ha brindado servicios de agua a más de 25 comunidades de vecinos en la costa de Málaga, explican a ElPlural.com que en localidades como Rincón de la Victoria hay “más de 1.500 piscinas cuyos contadores de agua están precintados”.

Piscinas que en muchos casos sirven como reclamo turístico para una provincia cuya economía se basa en gran medida en el sector terciario.