Las teorías conspiranoicas son muy del gusto de la profesión periodística y no me siento ajeno a estas preferencias. Recuerdo un subdirector –cuyo nombre no voy a desvelar- de una importante revista semanal en la que trabajé que apostillaba “a la sombra del poder” a cualquier tema medianamente polémico. En las actuales crisis que vivimos ya que estamos empalmando la de la pandemia del Covid-19 con la crisis energética y más recientemente con la penosa invasión de Ucrania por Rusia, florecen estas visiones que suponen algo más tras la subida del petróleo, el gas, la guerra, etcétera.

Una de las más escuchadas recientemente y que tiene mucha lógica es el vuelco en la hegemonía económica del mundo. Apuntan estas voces que desde la propia pandemia al actual estado de descontrol y decaimiento de las economías se encuentra la mano de China para hacer flaquear al gigante estadounidense. Indican como punto de arranque, el control de la tecnología de la comunicación 5G como el detonante de esta batalla que más tarde o más temprano debería librarse entre las superpotencias económicas. De ahí, los vetos de la Estados Unidos de Donald Trump a la firma Huawei, dicen.

Realmente chocantes, las afirmaciones de que el propio inicio del Covid-19 arranca con esa disputa aparentemente inocente por el control de la transmisión de datos a velocidad de vértigo. Pero lejos de manejar informaciones de tanto secreto, si es que existieran, creo interesante hacer un análisis de los últimos años de cómo les ha ido a Estados Unidos y a China, cíclopes de esta sangrienta pelea.

Por ponernos en antecedentes, el Producto Interior Bruto (PIB) de China en 2008, inicio de la crisis financiera de las hipotecas subprime era de 3,1 billones de dólares, mientras que el de Estados Unidos alcanzaba los 10,09 billones de dólares. O sea, la economía del amigo americano era más de tres veces superior a la de China.

Pero vamos a los últimos años. En 2020, año más duro de la pandemia del Covid 19, la economía estadounidense cayó un 3,4%, mientras que la China subió el 2,2%. El pasado año, EEUU creció nada menos que el 5,7%, pero el país dirigido por Xi Jinping se anotó un alza del 8,1%. En este tortuoso 2022, el primer trimestre del año, la economía de EEUU con el dato aún caliente de marzo ha caído en los tres meses el 0,4% (algunos hablan del inicio de la recesión, aunque se precisan tres trimestres consecutivos de decrecimiento). Por el contrario, en China se ha conocido una desaceleración pero ha logrado crecer el 1,3% en el trimestre.

Recuerden el dato que apuntamos hace un par de párrafos sobre el PIB de estos países. Actualmente el PIB del país presidido por Joe Biden es de 19,4 billones de dólares al cierre de 2021y cayendo, mientras que el gigante asiático tiene una economía de 14,7 billones de dólares… y subiendo. 4,7 billones de dólares de PIB separan a ambos países y a poco que China acelere su crecimiento y Estados Unidos abunde en su decrecimiento éste o el próximo ejercicio ya podrán estar equiparados en cuanto a creación de riqueza.

Si tocamos la inflación, también China se muestra más firme y menos afectada por los fuertes incrementos de los precios de la energía y eso que Estados Unidos no solo se autoabastece sino que se ha convertido en un gran exportador de combustibles fósiles. A cierre del pasado mes de marzo la inflación interanual en China es del 1,5% y en los tres meses ha acumulado un alza de 1,1 puntos. En sentido contrario, Estados Unidos acumula una inflación del 3,1% en el trimestre de inauguración de 2022, mientras que la tasa anual se encuentra en el 8,5%.

El dólar, aunque se ha revalorizado este año frente al yuan chino, solo ha registrado un alza del 2,3% en las últimas 52 semanas que contrastan con la fortaleza del billete verde frente a otras divisas como el euro. Es decir, la moneda china –aún no es una divisa totalmente libre- está aguantando bien las subidas del dólar.

Con estos datos objetivos (confiemos en que sean buenos) cada uno podrá montar un discurso concreto. Sirve para paranoias, manos negras y también evidencia la pérdida de peso de la principal economía occidental frente a su competidor asiático. Tribulaciones y cábalas… están permitidas.