Nadia Calviño, vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, ha defendido este viernes el impuesto extraordinario a la banca frente a las palabras emitidas por el Banco Central Europeo (BCE) este jueves, que exponían posibles peligros tras su aplicación. “Todas las cuestiones que suscita el BCE ya las hemos analizado, ahora una propuesta que sigue su curso en la tramitación parlamentaria”, ha señalado Calviño.

Así, desde la embajada de España en Londres, la titular de la cartera de Asuntos Económicos ha recordado que, ahora que la norma se dirige al Congreso, se podrán introducir todas aquellas mejoras que considere adecuadas el poder legislativo de nuestro país. O, lo que es lo mismo, si algún grupo parlamentario considera que la ley tiene aspectos mejorables, podrá presentar enmiendas para modificar su texto, que más tarde serán aprobadas o desestimadas por la mayoría parlamentaria.

Por su parte, el BCE se ha tomado la licencia de poner en duda el gravamen por dirigirse a ingresos totales y a las comisiones correspondientes al ejercicio de 2019, lo que ve un problema por la posible reducción de beneficios de las entidades financieras, que han declarado beneficios extraordinarios en plena crisis energética. "Si la capacidad de las entidades de crédito para alcanzar posiciones de capital adecuadas se ve perjudicada, esto podría poner en peligro una transmisión fluida de las medidas de política monetaria a la economía en general a través de los bancos", alerta el banco comunitario.

A estas palabras del BCE, que parece ignorar los resultados empresariales de la banca española, la vicepresidenta ha respondido de forma tajante. “No hay que perder de vista que las grandes entidades financieras españolas están en estos mismos días anunciado unos enormes beneficios. Beneficios extraordinarios que explican la justicia y la adecuación de tener este gravamen temporal y extraordinario”, señala.

El impuesto no se repercutirá en los clientes

Contrariamente a lo que pretende el BCE, que cree que si los bancos no pueden trasladar a los clientes lo que suponga el impuesto "podría generarse incertidumbre", Calviño ha asegurado que esto no sucederá y ha recordado que estará supervisado. “La proposición de ley incorpora un mecanismo por el que tanto la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y el Banco de España tienen que vigilar que no se produce esa traslación. El margen de maniobra de los bancos es amplio, puesto que están anunciando unos beneficios récord”, asegura.

El ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática de España, Félix Bolaños, ha secundado las palabras de Calviño. "No queremos que se repercuta en el cliente porque si no, finalmente, acabarían pagando otra vez los de siempre. Lo que queremos es que durante un tiempo corto se grave a las grandes energéticas y entidades a consecuencia de los beneficios extraordinarios que están teniendo por las subidas de los precios energéticos y de los tipos de interés”, ha apoyado.