CaixaBank ha presentado este viernes sus resultados en los nueve primeros meses de 2018. El grupo bancario ha obtenido un beneficio de 1.768 millones de euros, lo que supone un aumento del 18,8% respecto al mismo periodo de 2017.

Los datos del tercer trimestre, ofrecidos por el consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Cortázar, han sido presentados por segunda vez en la sede social de CaixaBank en Valencia, adonde se mudó la entidad desde Barcelona el año pasado ante la incertidumbre por el proceso independentista.

El crecimiento de los beneficios ha sido liderado por el recientemente adquirido banco portugués BPI, con una contribución de 168 millones, frente a los 59 millones que aportó la entidad lusa en el mismo lapso de 2017.

En cambio, los fenómenos que más han lastrado las cifras de CaixaBank han sido el resultado negativo por la venta de su participación en Repsol, que ha supuesto 453 millones y la recompra de ServiHabitat, según ha señalado Cortázar.

El Tribunal Supremo y las hipotecas

En cualquier caso, el procés ha quedado atrás y este año el protagonismo absoluto ha sido para el Tribunal Supremo y el caos con los impuestos de las hipotecas. Cortázar ha insistido en que la posición de CaixaBank es que en los últimos 23 años se ha cumplido una norma, avalada por el Tribunal Supremo y el Constitucional, pero que si ahora cambia de criterio, “adaptaremos nuestra práctica en el mercado hipotecario a lo que decida”.

“Por haber cumplido una norma es difícil entender que tenga que haber una penalización, ha señalado el consejero delegado, en un sutil rechazo a la retroactividad. Tanto es así, que Cortázar ha rechazado cifrar cuál sería el coste de esa sentencia y ha negado que la entidad haya realizado una provisión. “Entendemos que no tiene que tener impacto en nuestras cuentas”, ha añadido. 

A pesar de que Cortázar ha subrayado que la cantidad de la tasa no se la “han quedado las entidades sino los organismos autonómicos” que cobraron el impuesto y que “reputacionalmente no hay ninguna mala práctica que achacar a las entidades” porque han “cumplido la norma”, también ha hecho autocrítica sobre la imagen social del sector. 

“Somos los bancos los que tenemos que hacer un esfuerzo para que la sociedad vea nuestro valor añadido” ha señalado, y ha hablado de los “errores” de los bancos. Por ello, ha insistido en el papel de la Fundación La Caixa, donde “un tercio de los empleados” de CaixaBank han realizado labores benéficas. “No solo somos un banco que quiere ganar dinero, somos un banco que cumple una función social, ha dicho.

Reducción de oficinas

Ante las preguntas de si habrá reducción de oficinas, Cortázar ha adelantado que habrá “una reflexión en el Plan Estratégico” pero sí ha reconocido que está sobre la mesa que “las oficinas ganen en eficiencia”. Ha insistido en que son la entidad con más sucursales pero que “los clientes tienden a ir menos a las oficinas”. El objetivo es que “aunque el cliente tenga que andar un par de minutos más para ir a la oficina, queremos que allí reciba los servicios que se merece”.