El Banco Central Europeo (BCE) ha dado una tregua a los tipos de interés. Después de encadenar diez subidas consecutivas, que comenzaron en julio de 2022, el supervisor único ha decidido frenar el avance de su política monetaria restrictiva. No obstante, el precio del dinero se mantiene en el 4,5%, valor más alto de la historia del euro, donde previsiblemente se mantendrá durante un tiempo prolongado. El Consejo de Gobierno del mecanismo único de supervisión ha cumplido con las previsiones y se mantendrá a la espera del avance de la inflación de la zona euro.

Cada vez más voces autorizadas presionaban a la presidencia del organismo, Christine Lagarde, para que echase el freno a un rally alcista que ha encarecido el endeudamiento. El último dato de la inflación de eurozona ha sido el espaldarazo definitivo, después de registrarse una nueva caída significativa que sitúa el valor en el 4,3%. Si bien este porcentaje está lejos del 2% establecido por el BCE para rebajar el endurecimiento, la presión sobre las economías nacionales, especialmente perjudicial para los hogares y las pequeñas empresas, han terminado por decantar la balanza.

La inflación cayó marcadamente en septiembre, debido a fuertes efectos de base, y la mayoría de los indicadores de inflación subyacente han seguido relajándose”, reconoce el BCE en el comunicado emitido. El supervisor busca apuntarse el tanto y asegura que esta progresión responde a la transmisión “con fuerza” de sus decisiones a las condiciones de financiación. “Esto está frenando cada vez más la demanda y, por lo tanto, ayuda a reducir la inflación”, aseguran.

Para ver el valor bajar habrá que esperar más tiempo. La última vez que se alcanzó una cifra similar, un 4,25% en junio del 2000, tuvieron que trascurrir ocho años para apreciar la primera bajada de tipos de interés y no fue hasta 2014 cuando se alcanzaron valores cero. La reducción de la inflación continúa siendo la prioridad del supervisor europeo y los últimos datos recogidos evidencian una situación heterogénea entre los veinte países que comparten el euro como divisa común. Además, la incertidumbre causada por la coyuntura internacional mantiene a los dirigentes del supervisor en guardia.

“Todavía se espera que la inflación se mantenga demasiado alta durante demasiado tiempo y que las presiones sobre los precios internos sigan siendo fuertes”, apunta el BCE, justificando que los tipos disparados han llegado para quedarse. “El Consejo de Gobierno considera que los tipos de interés oficiales del BCE se encuentran en niveles que, mantenidos durante un período suficientemente largo, contribuirán sustancialmente a este objetivo del 2% de inflación”, confirma el consejo de gobierno.

Además, el organismo no descarta realizar nuevos incrementos futuros que “se fijen en niveles suficientemente restrictivos durante el tiempo que sea necesario”. Con la decisión tomada este jueves no se produce ninguna modificación. Así, el tipo de interés de las operaciones principales de financiación y los tipos de interés de la facilidad marginal de crédito y de la facilidad de depósito se mantiene hasta el 4%, el 4,75 % y el 4%, respectivamente.

Hipotecas disparadas

El Euríbor, principal valor al que se referencian las hipotecas variables, está sufriendo las consecuencias de la política restrictiva del Banco. Esta política no solo afecta a las hipotecas variables ya constituidas, también dispara los préstamos de nueva constitución, independientemente de su naturaleza fija o variable. Es más, los primeros siempre se ubican por encima de los segundos y rozan ya el 3,49% de media, por encima del 2,95% variable.

El Euríbor cerró el mes de septiembre en el entorno del 4,15% y, pese a que en sus valores diarios de octubre está empezado a experimentarse un descenso, el porcentaje cerrará el décimo mes del año rozando el 4,2%. La situación es cruda para cualquier opción, pero las hipotecas variables que se enfrenten a una revisión son las más damnificadas.

Así, Con el diferencial situado en los 0,9 puntos, este nivel de Euríbor implica que una persona que tenga contratada una hipoteca variable de 150.000 euros con un plazo de vencimiento residual de 30 años y deba revisar su tipo de interés próximamente, registrará un aumento de su cuota hipotecaria de unos 162 euros al mes y 1.944 euros al año, aproximadamente. Para hipotecas de mayor cuantía (300.000), la subida se ubicará en torno a los 325 euros al mes y los 4.000 euros al año.

Con esta tesitura, el número de hipotecas firmadas sobre viviendas continúa desplomándose mes tras mes, a merced del encarecimiento del suelo y del endurecimiento de las condiciones de crédito. En agosto, última cifra disponible, el número de hipotecas constituidas se situó en los 28.344, lo que supone una caída del 22,7% con respecto al mismo mes del año anterior.