“Se vente”. Este es el cartel que se cuelga en 68 viviendas repartidas por doce comunidades y que, hasta el momento en el que encuentren nuevo propietario, pertenecen a la entidad pública y administradora de infraestructuras ferroviarias Adif. De vender todas las viviendas, se embolsará un total de 3,8 millones de euros.

La puesta en venta de dichos bienes responde a la estrategia de racionalización de activos que persigue la operadora; o dicho con otras palabras, un plan por el que Adif, que es una entidad pública y depende del Ministerio de Fomento, cede a la gestión privada o vende aquellos bienes que no estén relacionados directamente con la actividad ferroviaria.

El objetivo: optimizar la gestión de su patrimonio y obtener más recursos con los que poder seguir invirtiendo en la red ferroviaria.

Cada una de las viviendas estuvieron anteriormente a la venta por medio de subastas públicas, pero no consiguieron comprador. Al quedar desiertas, se ha iniciado su proceso de venta directa. Concretamente, se trata de 68 pisos, tanto nuevos como de segunda mano, que cuentan con superficies de entre 38 y 131 metros cuadrados y que podrán adquirirse por 10.650 euros los más baratos y hasta por 114.000 euros.

 

 

 

Parcela que pone a la venta Adif en Málaga / Adif

 

 


Otros tantos cientos de miles de euros por garajes y parcelas
Junto a las viviendas, Adif pone a la vente 13 garajes repartidos por un valor total de 105.6000 euros y otras tres parcelas por las que obtendrían 5,35 millones de euros.

Entre estos terrenos sobresale el que tiene en la capital malagueña, que cuenta con casi 6.800 metros cuadrados de superficie y que está ubicada en los terrenos próximos a la estación de tren de la ciudad.

No es la primera vez que Adif pone en venta directa o cede a la gestión privada algunos de sus bienes. De momento ya lo ha hecho con su red de fibra óptica y con los aparcamientos de las estaciones de tren, sin olvidar que en varias ocasiones ha puesto en venta o a subastado estaciones ferroviarias que ya no se usaban, como fue el caso de la estación de Príncipe Pío de Madrid.