El pasado mes de enero, el ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, Álvaro Nadal, y el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, justificaban los altos precios de la electricidad por la ausencia de precipitaciones y vaticinaban que cuando lloviera bajaría este alto importe.

Sin embargo, lejos de bajar los precios de la electricidad en este reciente mes de abril, han crecido y de qué manera. Según los datos que ha ofrecido Omie, el operador del sector, respecto a marzo de 2018 se ha registrado una subida en el mercado mayorista de un 35,21%. Un fuerte incremento que es ampliamente superior (un 24,4%) a abril del año pasado, donde las lluvias y los vientos sí se hicieron notar.

Esto, traducido en euros, significa que el precio medio de abril fue de 54,33 euros el megavatio hora (MWh), frente a los 40,18 euros que se llegó en marzo y que marcan, de momento, el mínimo anual –el máximo se alcanzó en febrero con 54,88 euros-.

Un repunte con notas positivas

Según Red Eléctrica, el gestor de todo el sistema eléctrico, como aspecto positivo de este repunte, cabe destacar el uso de las energías más baratas. Estas son: la hidráulica (24% sobre el total), la eólica (22,6%) y la nuclear (19,5%). En total, un 66,1% de la generación eléctrica de abril fue producido por estas energías frente al 12,9% de las más caras (centrales térmicas de carbón y ciclo combinado de gas) y el 21% de cogeneración, solar y otras.

Sin embargo, este incremento de los precios no repercutirá de la misma manera en las facturas de la luz. Este hecho se da porque únicamente el 40% del importe final corresponde a la energía consumida. En otras palabras, aunque la energía haya subido un 35% en abril, en nuestras facturas solamente se registrarán un subida en torno al 14%.