Esperanza Aguirre entre la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, y el presidente de la Comunidad, Ignacio González, en el transcurso del desayuno informativo protagonizado por Cospedal y a la que Mariano Rajoy dio todo su apoyo. EFE
De cazatalentos a tertuliana
El anuncio de Esperanza Aguirre de que dejaba la primera línea de la política pilló a todo el mundo por sorpresa. En rueda de prensa no solo anunció que abandonaba la Presidencia del Gobierno madrileño, sino que también dejaba la presidencia del poderoso PP de Madrid porque no le gustaban "las bicefalias". Sin embargo las cruentas luchas de poder desatadas en el seno del PP le obligaron a desdecirse a medias. Rajoy tragó con que dejara como sucesor en el Gobierno de la Comunidad a Ignacio González, pero el partido no estaba dispuesto a consentir que González presidiera también el partido en Madrid. Con este panorama Esperanza Aguirre decidió seguir al frente del partido, puesto al que le ha sacado mucho rédito político en los últimos meses.
Aguirre solicitó su reincorporación al puesto de funcionaria que le correspondía en el Ministerio de Industria (los funcionarios y sus 'privilegios' fueron blanco de sus ataques durante mucho tiempo) Posteriormente anunció su fichaje como columnista del periódico ultraconservador ABC, donde firma la página de opinión denominada "la tercera de ABC" y decidió abandonar tras unas pocas semanas a su puesto de funcionaria para fichar por una empresa de cazatalentos catalana denominada Seeliger y Conde. Sin embargo da la impresión que lo que de verdad le gusta a Esperanza Aguirre es tener protagonismo en los medios de comunicación.
Estar en el candelero
Aguirre se ha estrenado, como no podía ser de otra manera, con críticas al PSOE, especialmente contra Carmen Chacón, por criticar el pacto de los socialistas con un ex alcalde del PO condenado por acoso sexual a una ex concejala también del PP. Según Aguirre los socialistas no se pueden escandalizar porque mantiene como afiliado a Jesús Eguiguren, condenado por agredir a su esposa. A la derecha se le escapan algunas informaciones relacionadas con este caso, pero eso es lo de menos. Al parece a Esperanza Aguirre no le parece que el problema sea pactar con un acosador, Ismael Álvarez, de quien por cierto Ana Botella dijo que había tenido "un comportamiento ejemplar" en pleno proceso judicial del denominado "caso Nevenka".
Lo que está claro es que Esperanza Aguirre está dispuesta a seguir protagonizado la actualidad política, sabedora de que la actual dirección de su partido tiene encima gravísimos problemas que no se saben cómo terminarán.
