La revista Elle ha dado un paso al frente contra las políticas contra el colectivo LGTBI en Hungría. La prestigiosa publicación ha lanzado tres portadas distintas con representates del colectivo posicionándose así abiertamente contra las políticas del primer ministro ultraderechista del país, Viktor Orbán.

Este gesto también se ha impulsado en redes sociales, donde la revista ha coloreado las letras de su cabecera con la bandera LGTBI con un lema de lo más significativo: "Seis enamorados. Un amor". Las tres portadas están protagonizadas por tres parejas distintas en la que destacan distintos referentes del mundo del cine, teatro y del activismo feminista y perteneciente al colectivo.

En primer lugar, en la primera portada aparece una pareja gay pidiendo igualdad por los derechos de las personas del colectivo en Hungría, protagonizada por Pál Márton y Hanol Ádám, ambos activistas. “Hogar, lealtad, familia. Esos también son nuestros valores”, reza el mensaje del post de Instagram.

En segundo lugar, Oltai Kata (feminista) y Nagy Zslot (actor) protagonizan la segunda portada de Elle con un contundente lema: "No lograremos la igualdad si le prohibimos algo a los demás".

Por último, la pareja que conforman Jordán Adél (actriz) y Székely Kriszta (directora de teatro) simbolizan su retrato con un contundente mensaje social y moral: “La atracción puede desarrollarse entre dos personas en cualquier momento, basta con que se miren a los ojos”.

El pasado mes de junio el gobierno hungaré impulsó y aprobó una ley que prohibe hacer referencia a la sexualidad en las instituciones educativas, negando así la venta de libros infantiles con temática homosexual por describir "una desviación respecto de la identidad de género concebida en el nacimiento, o describan un cambio de género, o popularicen la homosexulidad", impidiendo además difundir estos contenidos en la televisión pública.

Esta situación generó un movimiento nacional, y con repercusión internacional, que ejerció una fuerte presión contra las medidas de Orbán, incluso la Unión Europea le dio un toque de atención y Bruselas abrió un expediente por discriminación social.