La periodista Mamen Mendizábal ha estallado contra la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, por asegurar que las mascarillas adquiridas durante la primera ola de la pandemia a través de los contratos millonarios a los empresarios Luis Medina y Alberto Luceño “salvaron vidas”.

“Maldito contrato no. Estafa con dinero público sí y encima victimismo”, corregía a la par que criticaba la presentadora de La Sexta a través de sus redes sociales. “Menos teatro”, reclamaba para concluir.

 

La principal dirigente de Ciudadanos en el Consistorio madrileño se ha pronunciado así sobre la compra de material sanitario en los peores momentos de la pandemia salvó vidas: “Votaron con nosotros, dieron el visto bueno a esa cifra, dieron el visto bueno a ese contrato. ¿Saben por qué? Porque salvaron vidas. ¿Cuánto cuesta que llegasen a tiempo? ¿Cuánto cuesta que un policía estuviese una semana más con mascarilla? ¿Cuántas vidas hemos salvado? ¿Por qué nadie está hablando de todas las vidas que hemos salvado, gracias a aquel maldito contrato?”, esgrimía este lunes.

Villacís: “Somos los perjudicados”

En relación con el papel del Ayuntamiento durante este periodo, Villacís se defendía de la siguiente manera: “Hicimos lo que debíamos, creo que se aprovecharon de nosotros y no lo creo yo, los que creemos en el Estado de Derecho y creemos que es la Justicia la que tiene que determinarlo. 3.000 folios de sumario y no han encontrado ninguna responsabilidad en este Ayuntamiento. Somos los perjudicados”, puntualizaba.

“A día de hoy no hay ningún investigado del Ayuntamiento, pero si algún día hay un investigado del Ayuntamiento, la diferencia entre que esté Ciudadanos a que no lo esté es que aquí sí que se va a dimitir, aquí sí se van a pedir ceses”, prometía.

Villacís procedía a continuación en su discurso a "pedir perdón” a todos los madrileños por todo el escándalo: “Su dinero y sus impuestos se han convertido en yates de lujo, algo que es obsceno. Vamos a hacer todo lo posible para que esto no se pueda producir. Quiero pedirles perdón y ofrecerles un compromiso”, afirmaba, jurando así que todo el dinero gastado en “yates, relojes y fines de semana de ensueño” volvería a su lugar de procedencia, “el bolsillo de los madrileños”.