Decía El Principito que a los mayores les gustan las cifras. Cuando se les habla de un nuevo amigo, jamás preguntan sobre lo esencial del mismo. Nunca se les ocurre preguntar: “¿Qué tono tiene su voz? ¿Qué juegos prefiere? ¿Le gusta coleccionar mariposas?”. Pero en cambio preguntan: “¿Qué edad tiene? ¿Cuántos hermanos? ¿Cuánto pesa? ¿Cuánto gana su padre?”. A Ana Mato le gustan las cifras y pregunta: ¿cuánto cuestan los nuevos fármacos de la hepatitis C? Poco le interesan las personas, familias y esperanzas, tal vez las últimas para sobrevivir a la enfermedad que ignora tras los números.

No importa la comunidad autónoma que miremos o la gravedad de cada caso; todos los enfermos se encuentran en situación desesperada ante la desinformación y actitud del gobierno, están pasando los días y aún no saben quiénes podrán acceder a los nuevos fármacos. Juegan con la vida de pacientes como Juanjo, presidente de la Associació Catalana de Malalts d´Hepatitis, quien se encuentra en una semana clave ya que la que viene puede ser tarde. En el último fibroscan que le pudieron realizar -técnica que sirve para evaluar el grado de fibrosis hepática en el paciente- se situaba en nivel 4, lo que equivale a un alto riesgo de cirrosis y la terapia es de carácter urgente. Desde la asociación se denuncia la falta de voluntad por parte del ministerio tanto en lo concerniente a la publicación de los protocolos como en el silencio que caracteriza a la enfermedad, censurada por los responsables públicos.

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