Jarro de agua fría sobre los dirigentes de Netflix. La empresa ha perdido 200.000 suscriptores durante el primer trimestre de 2022, lo que ha llevado a una caída del 28% en bolsa. Desde que la empresa produce contenido original, es la primera vez que sus cifras de abonados se reducen,y las previsiones para el segundo cuatrimestre del año son peores. Estiman que perderán unos 2 millones de suscriptores en los próximos meses.

La caída del número de usuarios de pago supone la primera pérdida de abonados en una década y deja la cifra total en 221,64 millones. La compañía ha justificado esta tendencia apuntando al impacto de las cuentas compartidas y a la mayor competencia en el mundo del streaming, así como a la guerra de Ucrania, materializada en la suspensión del servicio en Rusia y la liquidación de todas las cuentas de pago rusas. Cerrar de golpe el mercado ruso le ha restado 700.000 suscriptores.

Soluciones

Para poner fin a este problema, el cofundador de la compañía, Reed Hastings, ya ha valorado la posibilidad de poner en marcha un modelo de suscripción más barato que los actuales, pero que incluya anuncios de publicidad entre los contenidos. Este sistema ya está en plataformas como HBO Max Hulu, que incluyen breves pausas publicitarias durante las películas y series.

Además, habrá una purga de las contraseñas compartidas. De sus más de 221 millones de usuarios, la plataforma estima que alrededor de 100 millones son cuentas compartidas, lo que supone muchos posibles beneficios que no llegan cada mes.

Aunque desde la empresa especifican que cada cuenta compartida es solo para las personas que viven en el mismo hogar, Netflix siempre ha hecho la vista gorda y no ha convertido en prioridad perseguir las cuentas compartidas. Sin embargo, el beneficio directo de cada suscriptor es muy pequeño y la razón por la que, desde hace dos años, la compañía ha empezado a actuar en este sentido, actuando, en primer lugar, sobre las situaciones más irregulares, aquellas en las que una persona tiene el usuario de un amigo, o en las que se queda guardada la clave de un usuario en un dispositivo y la emplea una tercera persona. Cuando esta intenta conectarse al servicio, Netflix le manda un mensaje pidiéndole que inserte un código que le han enviado al titular. De ese modo se van restando usuarios que no están aportando y estos se convierten en potenciales clientes.

El siguiente paso que podría dar ahora la entidad es el que ya se ha puesto a prueba en algunos países de Latinoamérica para monetizar a esas personas que comparten el servicio fuera de la unidad familiar: cobrarles un par de dólares más, un precio mucho menor al de un alta nueva.