El misterio que envuelve a un singular documento nacional de identidad conocido en los mentideros como el ‘14 Z’, así como las confusiones, erratas, yerros o quién sabe si mentiras cuyo uso ha propiciado, es un tema que se les está yendo de las manos por segundos, tanto al Ministerio de Hacienda como al Gobierno de la nación. Como muestra un botón, pues no hay más que ver como el chulesco Montoro titubeaba hace dos días al justificar unos errores que provocaban hilaridad por su falta de credibilidad y, lo que es peor, la posibilidad de que en verdad nada supiera el ministro de Hacienda de un tema del que nadie le haya informado verbalmente.

Conforme el affaire 14 Z  va adquiriendo una envergadura propia de los asuntos calificados como “materia reservada", se impone la necesidad de una comparecencia de Mariano Rajoy en mangas de camisa, con cara de estar fatigado aunque muy seguro de lo que hace; en una sala con muchos monitores donde enloquecidos técnicos trabajen día y noche tecleando y manejando ratones como en los prolegómenos de un lanzamiento espacial. Tal vez no estaría de más que un meditabundo Iker Jiménez apareciera fugazmente, como quien no quiere, divagando por la sala de control mientras una voz en off informa que el presidente le ha requerido como asesor personal.

Seguir leyendo en el blog de Alberto Soler