Un día de lo más negro para el Partido Popular, y más concretamente, para Mariano Rajoy. El presidente del Gobierno ha comparecido a las 14:00 desde Moncloa tras presidir la reunión con los barones del partido y analizar el descalabro electoral del 21D.

Las encuestas ya lo vaticinaban, pero nadie se imaginaba hasta qué punto llegaría el fiasco. El PP obtuvo un nefasto resultado que le llevará a compartir el Grupo Parlamentario Mixto con la CUP, y Rajoy ha asegurado que el resultado hay que respetarlo, pero advierte que el futuro gobierno deberá "someterse al imperio de la ley".

El presidente ha felicitado a Ciudadanos que "ha ganado las elecciones en votos y escaños", pero ha puesto el foco en que el independentismo, a su juicio, ha perdido fuelle: "Conviene recordar que el independentismo ha ido perdiendo apoyos, menos de los que nos gustaría, pero han ido perdiendo escaños y votos".

Rajoy ha rehusado reunirse con el expresident cesado Carles Puigdemont porque "yo con quien tendría que sentarme es con la señora Arrimadas, que es quien ha ganado las elecciones".

"Es evidente que la fractura que la radicalidad ha generado es muy grande y llevará tiempo recomponer", ha dicho Rajoy, a pesar de que ha rehusado la invitación de Puigdemont y limita el diálogo a la ley: "No permitiré que nadie se salte la Constitución. Sea cual sea el Gobierno resultante, debe someterse a la ley".

El presidente del Gobierno ha negado que tenga en mente convocar elecciones generales.