El jefe del Departamento de Bomberos de Valencia, Enrique Gisbert, ha revelado este martes importantes carencias en la organización entre el Centro de Coordinación de Emergencias (CCE) de la Generalitat y el Ayuntamiento de Valencia, asegurando que el CCE no alertó al consistorio valenciano sobre el riesgo que suponían las lluvias torrenciales que comenzaron en Chiva durante la tarde del 29 de octubre.
Además, ha señalado que los responsables municipales de Valencia no reaccionaron con la rapidez ni con medidas preventivas necesarias a pesar de las graves noticias que llegaban desde primera hora del día.
En esta comisión de investigación municipal, denominada Comisión No Permanente para la Recuperación de las Zonas Afectadas por la DANA, han participado únicamente los grupos del equipo de gobierno, formados por PP y Vox, mientras que Compromís y el PSPV han decidido retirarse tras el veto impuesto por la derecha a ciertos comparecientes, entre los que se encontraban la alcaldesa María José Catalá y el presidente del Gobierno valenciano, Carlos Mazón.
Enrique Gisbert ha asegurado que las consecuencias de no anticiparse al desbordamiento del barranco del Poyo, en Chiva, fueron devastadoras. Las pedanías del sur de Valencia, como La Torre y Castellar-l’Oliveral, se vieron gravemente afectadas, con inundaciones masivas que atraparon a cientos de personas.
Pasadas las ocho de la tarde, era demasiado tarde para alertar de la catástrofe que se avecinaba, lo que obligó a realizar rescates improvisados en condiciones meteorológicas extremas.
Gisbert declaró que “se acordó contactar con Devesa para tener previstos desagües del lago debido a una posible crecida de barrancos que pudieran acabar afectando al mismo. Las reuniones de la tarde se trasladaron al CISE de la Policía Local de Valencia, comenzando a las 18:00 horas, conectándose de nuevo con el CCE, que transmitió que no había cambios respecto a la situación de las alertas y evolución del temporal de lluvias en la ciudad”.
Sin embargo, en esas horas ya se había desbordado el barranco del Poyo en Chiva, lo que provocó continuas inundaciones en el resto de municipios, incluidas las pedanías del sur de Valencia. No se tomaron medidas preventivas como el uso de megafonía o la suspensión de las clases, a pesar de que la Agencia Estatal de Meteorología en la Comunitat Valenciana (Aemet) había advertido que la activación del nivel rojo de la mañana implicaba un “riesgo meteorológico extremo, fenómenos meteorológicos no habituales, de intensidad excepcional y con un nivel de riesgo para la población muy alto”.
El jefe del Departamento de Bomberos de Valencia explicó que la primera alerta por un incidente relacionado con el agua en Valencia llegó a las 20:04 horas, y que seguidamente presenciaron cómo una entrada masiva de agua afectaba a la pedanía de La Torre. Desde allí, notificaron la situación y solicitaron refuerzos para destinar recursos a la zona, comprobando que el acceso a La Torre ya era inviable debido a las grandes inundaciones más allá del puente.
Más de 1.000 rescates en la tragedia
Alrededor de 150 bomberos del cuerpo municipal denunciaron que, durante el momento crítico, no se activó al personal fuera de servicio para reforzar el operativo. Además, señalaron que tampoco se movilizó al Grupo Especialista de Buceo ni a la Unidad Canina, a pesar de su experiencia en intervenciones similares a nivel global.
Gisbert apuntó que “resulta materialmente imposible recordar todos los rescates realizados, pero me gustaría destacar a más de 20 personas subidas a techos de vehículos y aferradas a fachadas; una casa en la que había 1,5 metros de agua, con una señora mayor flotando entre los muebles junto a dos cuidadoras. Podríamos recordar cerca de 1.000 rescates realizados, y muchos otros que, aunque no fijamos en la memoria, quedarán en el agradecimiento eterno de quienes fueron salvados”.
El análisis posterior al desastre ha señalado varias áreas de mejora para evitar que se repitan devastaciones similares. Entre las propuestas destacan la instalación de cámaras en tiempo real en puntos clave de cauces, sistemas de aviso sonoro efectivos, campañas de concienciación ciudadana y una evaluación del riesgo urbano en zonas vulnerables, como los garajes susceptibles de inundaciones.
Permitieron que murieran personas mientras ellos estaban de comilona en un reservado
Compromís y el PSPV han lanzado duras críticas contra la alcaldesa María José Catalá por su ausencia en la comisión de investigación sobre la gestión de la DANA.
La portavoz de Compromís, Papi Robles, ha anunciado que pedirá la comparecencia de Catalá en el próximo pleno. “Desde Compromís continuaremos exigiendo responsabilidades desde los tribunales, que es el único espacio que nos han dejado para esclarecer todo lo que ha pasado. Queremos garantizar que nunca más los responsables públicos permitan que estén muriendo personas en la calle mientras ellos están de comilona en un reservado”, ha asegurado.
Por su parte, Borja Sanjuan, del PSPV, ha señalado que las declaraciones del jefe de Bomberos confirman que ni Carlos Mazón ni Catalá adoptaron las medidas preventivas necesarias.
Mientras tanto, PP y Vox han intentado desviar responsabilidades de la gestión de la DANA hacia la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), sin citar a su presidente, Miguel Polo. Ante estas recriminaciones, la CHJ asegura haber cumplido con su labor al informar al CCE mediante cerca de 200 correos electrónicos.