Este lunes fue un día grande para Galicia. Entró en la 'nueva normalidad', accediendo así a una situación totalmente desconocida, después de semanas de Estado de Alarma y de control de movimientos por el Gobierno central. La región -una de las dos que se prepara para la elección o reelección de su presidente- actuará, además, de especie de conejillo de indias para el resto del país.

De la paciencia y la necesidad de priorizar la salud por encima de todo, se ha pasado a la premura por las urgencias económicas. Se trata de dos factores que, hace solo un mes, casi nadie se atrevía a contraponer, pero que ahora, con los datos sobre la pandemia en la mano, “es algo lógico”, dice el reconocido epidemiólogo Juan Gestal, quien resalta los buenos datos que presenta ahora Galicia y asegura que “se hicieron las cosas bien y este adelanto en el regreso a la llamada 'nueva normalidad' es beneficioso económicamente”.

El también catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Santiago de Compostela, asegura a ElPlural.com que uno de los factores que han ayudado a los datos de Galicia es “haber tomado medidas pronto, cuando la enfermedad estaba comenzando”. Esta circunstancia evitó “el crecimiento exponencial” de la incidencia del COVID-19 y, por lo tanto, que “el sistema sanitario sufriese un excesivo estrés”.

Gestal apunta también a otro parámetro importante que ha permitido, en conjunción con el anterior, alcanzar antes la situación que hoy estrena. Se refiere a “la diseminación de la población”, hecho que a su juicio “también dificultó la difusión” y que posibilitó que “en todo momento la pandemia en Galicia estuviera bajo control”.

"No bajar la guardia"

A pesar de que algunos expertos en esta materia apuntaron hace un tiempo a la mayor posibilidad de rebrotes en comunidades en las que la enfermedad no ha tenido tanta incidencia, indica Gestal que la aparición de nuevas curvas “dependerá, fundamentalmente, de cómo nos comportemos los ciudadanos”. Insiste, eso sí, en que ”la pandemia no ha terminado y no debemos bajar la guardia”, abogando por la distancia de seguridad, el uso de la mascarilla y la higiene de manos. Advierte también de que “la tónica de este verano” será la aparición de casos y pequeños focos que la “alerta epidemiológica permitirá detectar precozmente y controlar”.

Precisamente, en relación con esto, admite el profesor emérito de la USC que, aunque la concienciación social está muy extendida, “hay algunos grupos, por las imágenes que nos están ofreciendo los medios de comunicación, que parece que no”. A estas personas les envía un mensaje claro: “Su comportamiento es fundamental para evitar rebrotes y llegar a vencer definitivamente la pandemia, especialmente en este momento en el que se está a punto de lograrlo”.

La gran esperanza a nivel mundial tiene que ver con el desarrollo de una vacuna para luchar contra la enfermedad. Juan Gestal, agrega que, a pesar de que ahora mismo hay alrededor de 300 ensayos clínicos, la disponibilidad de una solución “aún demorará unos 12 a 18 meses”. Es verdad que algunos países y empresas las anuncian para antes, pero según sus palabras “posiblemente en el mejor de los casos no se disponga de ellas hasta bien avanzado el 2021”.

De la euforia a la prudencia

Desde este lunes, Galicia adelanta al resto de CCAA en la lucha frente al Covid-19 y en la vuelta a la cotidianidad post pandemia. Es evidente que las cosas han cambiado, como lo demuestra la mutación que han sufrido algunos presidentes a la hora de lanzar sus reinvindicaciones en materia de autogestión de la crisis.

Sin ir más lejos, a la vista de los acontecimientos y de las peticiones de última hora por parte del presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, da la impresión de que la prudencia que ha reclamado una y otra vez Fernando Simón, director del CCAES, en sus comparecencias públicas, se impone a la hora de abrir la 'nueva normalidad'.

El también aspirante a la reelección, después de criticar en varias ocasiones al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a veces en voz baja, alineándose con sus homólogos del PP de otras regiones como Madrid o Murcia, decide ahora solicitar la mediación de Moncloa para establecer controles a los desplazamientos.

Se da la circunstacia de que esta fiscalización únicamente puede ejecutarse con una situación de Estado de Alarma, algo que, casualmente, ha criticado constantemente el PP a nivel nacional reclamando “más libertad”, hablando casi del secuestro de la ciudadanía y poniendo en entredicho la calidad de la democracia. El listón lo elevó Pablo Casado votando, con la ultraderecha, dos veces contra esta medida.

Que las condiciones no son las mismas es evidente. Esto ha propiciado que Núñez Feijóo, con sus alabanzas del pasado fin de semana al Gobierno de Pedro Sánchez y la confirmación de que fueron las comunidades las que gestionaron las residencias, abre la campaña de cara a su reelección a la presidencia de la Xunta y, sobre todo, a suceder a Pablo Casado.