Después de que ayer la Xunta de Galicia decidiese enviar a un equipo hasta la Residencia Paz y Bien de Tui, Pontevedra, para comprobar la veracidad de la situación de “descontrol” denunciada por la Federación Gallega de Asociaciones de Usuarios de Residencias y de Dependencia, REDE, parece que, por fin, ha decidido tomar la decisión drástica.

Como ha sucedido en otras ocasiones, el Servizo Galego de Saúde, Sergas, anunció esta mañana la intervención de la residencia de cuya administración se encargan las monjas de la congregación de las Hermanas Franciscanas de la Inmaculada Concepción.

Según los últimos datos, de ayer a hoy ha aumentado el número de contagiados y, como han recordado desde REDE, en solo unos días se ha confirmado “una infección por COVID que afecta al 92% de las residentes, 66 de 72”, así como a un total de 22 trabajadoras.

Tal y como ha subrayado la Xunta de Galicia en el breve comunicado con el que ha informado de la intervención, la decisión se adopta con el objetivo de “garantizar la calidad asistencial y la correcta protección de la salud” de los trabajadores y usuarios del centro.

A partir de aquí, el equipo de la Consellería de Política Social desplazado hasta Tui, llevará a cabo un seguimiento permanente de la situación global para fiscalizar que las medidas anti pandemia se toman de la manera correcta.

"Sería un gran error"

Tras conocerse la intervención, el presidente de REDE, Paulino Campos, ha indicado a ELPLURAL.COM que, de no haberlo hecho, “cometería un gran error la Xunta”, puesto que “hay datos suficientes, indicios” que revelaban “un descontrol, una situación caótica, sin el personal adecuado”. Asimismo, también ha denunciado que el personal “muy poco profesionalizado”, ni siquiera disponía de “elementos de protección imprescindibles” para hacer frente a un episodio de contagio masivo como el que ahora se da.

Para esta Federación de Asociaciones es preciso que el personal “monjas incluidas, tiene que dar cuenta de que hay que adoptar medidas drásticas” en la vida personal y cotidiana dentro y fuera de las residencias. Apoyan esta afirmación con un dato: “hasta ahora está muy claro que ni un solo familiar, por lo menos en esta segunda fase, ha introducido el virus” en estos centros.

Del mismo modo, Campos ha abogado por la puesta en marcha de forma urgente de una Ley de Residencias en Galicia que “dignifique los cuidados” y a través de la cual “se respeten y amparen los derechos humanos y laborales que hoy están absolutamente vulnerados”. Además, la nueva normativa, debería regular “inmediata e inexcusablemente ratios de personas acordes a esos cuidados dignos”.