A medida que pasan los días se van conociendo los planes de la Consellería de Sanidade, a través del Servizo Galego de Saúde con respecto a las vacaciones de verano, algo que se traduce año tras año en cierre de camas en los hospitales públicos.

Si la semana pasada, algunas organizaciones sindicales criticaron esta práctica mientras la Xunta negociaba, en el caso de Vigo, la gestión de la lista de espera por parte de centros privados, hoy ha sido la Asociación Galega para a Defensa da Sanidade Pública (AGDSP) la que ha puesto los puntos sobre las íes.

Lo han hecho a través de un comunicado en el que, en primer lugar, manifiestan su “más enérgica protesta” por lo que consideran “irresponsable actitud” del Ejecutivo presidido por Alberto Núñez Feijóo de cara a los meses estivales.

Bajo el pretexto o la excusa de las vacaciones del personal, a lo que se une la ausencia de recursos para proceder a las sustituciones, el cierre de camas será generalizado en toda la comunidad gallega, algo que, para la Asociación, forma parte de las políticas del Gobierno autonómico de “seguir recortando gasto reduciendo la actividad asistencial”.

En concreto, según denuncian, se cerrarán un total de 135 camas en Vigo (a las que hay que sumar las 120 ya inhabilitadas en el Hospital Meixoeiro); un número similar (131) en A Coruña, 128 en Lugo, 91 en Santiago-Barbanza, 67 en Pontevedra y 36 en Ferrol. Esta medida supone “un grave riesgo para la salud de las personas con enfermedades y necesidades de atención hospitalaria”, señalan los defensores de la sanidad pública gallega, unas circunstancias que, si ya son negativas en condiciones normales, en tiempos de pandemia lo son todavía más debido a la suspensión de consultas, pruebas diagnósticas e intervenciones quirúrgicas.

Tal y como se desprende del balance que realiza la AGDSP, en la actualidad Galicia dispone de únicamente 3,3 camas por cada 100.000 habitantes, es decir, un 66% inferior a las que fija la Unión Europea.

Relacionado con la incidencia del Covid-19 hay que subrayar el considerable incremento de la demanda de atención hospitalaria y un aumento de la lista de espera quirúrgica de un 25%.

Del mismo modo, dicen desde la entidad que el cierre de camas “no permitirá afrontar el exceso de mortalidad” derivado de enfermedades oncológicas, cardiológicas o neurológicas, entre otras, “agravadas y pendientes de diagnosticar y tratar” a causa del citado cierre de camas, plantas, recursos diagnósticos u operaciones.

Como han venido reclamando desde hace tiempo, los representantes de la Asociación Galega para a Defensa da Sanidade Pública insisten en que hay que revertir el dato de que alrededor del 40 por ciento de todas las consultas han sido telefónicas.

Ante esta situación, la AGDSP reclama un plan urgente para “atender a las miles de personas que se acumulan en las listas de espera”, que solo en el caso de la quirúrgica superan las 60.000 (35.817 en la lista de espera estructural y más de 30.000 estimadas en la no estructural). Para hacer frente a esto, dice la Asociación, los hospitales “deben abrir mañana y tarde hasta acabar con esta situación”.