Un regalo de Navidad adelantado es el que ha dado el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia a la plantilla de trabajadores de Alcoa. Todos están inmersos en un ERE, una auténtica soga contra la que se han movilizado de manera incansable, de todas las maneras posibles y tanto en la región como Madrid. Este jueves, el TSXG ha echado por tierra el procedimiento iniciado por la dirección de la empresa al declarar nulo el ERE y condenar a la empresa a reincorporar a los empleados afectados a su puesto de trabajo.

Además, el alto tribunal también sentencia a la compañía a abonar a la plantilla los salarios dejados de percibir desde la fecha del despido hasta su efectiva readmisión.

El TSXG, con esta decisión, estima la demanda presentada por los sindicatos CCOO, CIG y UGT frente al despido colectivo planteado por la multinacional del aluminio, con sede en San Cibrao (Lugo). El ERE abierto afectaba a 524 trabajadores de la planta. Uno de los aspectos más llamativos de la decisión judicial es que el tribunal aprecia “mala fe en las negociaciones” por parte de la empresa, pues asegura que su posición sobre los despidos y sus compensaciones “no ha variado ni un ápice” desde su propuesta inicial.

Los magistrados concluyen que la intención de la compañía es “paralizar las cubas electrolíticas de la fábrica para su posterior cierre” y entienden que con la oferta de expediente que realizó al comité de empresa pretendía “vestir lo mismo, pero de una manera diferente”. Así, destacan que ese ERE “no privaría a la empresa de la posibilidad de extinguir los contratos de trabajo una vez rematada su vigencia”.

Cabe recordar que, hace algunas semanas, la justicia atendió una petición de impedir la paralización de las cubas como medida cautelar.

Otro de los aspectos que critican el tribunal sentenciador y que califican como “sumamente significativo”, es el número de trabajadores afectados por los despidos. Dicen que su porcentaje “se aproxima, sin superarlo, a aquel que, según las normas regulatorias, le permite a la empresa consolidar las ayudas recibidas de las administraciones públicas sin tener que devolverlas y, a la vez, sin impedirle el cierre de las cubas”.

Cerrar de "manera rentable"

Por este motivo y porque, tal y como añade la resolución de más de 300 páginas, los trabajadores mantenidos en plantilla podrían ser despedidos una vez superados los plazos de garantía de las ayudas, lleva a deducir que “el fin único y primordial que guiaba a la empresa era apagar las cubas y cerrar la fábrica de la manera más rentable posible”.

A pesar de la existencia de “supuestas concesiones” de la multinacional a lo largo de meses de negociación, en realidad tenían como única intención la de “evitar la calificación de nulidad del despido”. Esta es la que “le impediría llevar a cabo la decisión estratégica de paralización de las cubas y el cierre de la fábrica”. También subraya que, en este sentido, la Xunta le advirtió hasta en diez ocasiones sobre la necesidad de prolongar el periodo de consultas, algo que la compañía realizó “siempre en el último momento y con resistencias, arguyendo empecinadamente el elevado coste de mantener las cubas electrolíticas en funcionamiento”.

En otro fragmento de la sentencia, el TSXG, además de reconocer a la administración autonómica como “autoridad laboral competente”, relata que el ofrecimiento del ERE se produjo tras una advertencia de la Xunta y “en un momento muy avanzado de la negociación”. Ese período, aseveran los magistrados, se prolongó en el tiempo no para discutir el despido colecivo sino “para dejar tiempo para negociar la venta con un tercero”.

La dureza de la sentencia contra la dirección es más que evidente al subrayar que los diálogos de Alcoa con una empresa para vender la planta “permiten sospechar de la existencia de una decisión estratégica”. A juicio del TSXG, la compañía entró en la negociación “con posiciones predeterminadas y un claro obstáculo para no llegar a un acuerdo final”.

"Un gran día"

Las reacciones a la sentencia no se han hecho esperar. Así, para el secretario general de CCOO de Galicia, Ramón Sarmiento, el de hoy es “un gran día para la clase trabajadora gallega”. Además de subrayar la larga lucha de los últimos meses, caracterizada por la “unidad sindical”, por la “unidad social en A Mariña” y por la “unidad institucional” en defensa de la continuidad de la factoría, recuerda que queda constatado que Alcoa “obró de mala fe y persigue intereses espurios”. Ahora, concluye Sarmiento, es necesario que las administraciones públicas “hagan viable una alternativa industrial que garantice el empleo en la comarca de A Mariña”.

En una línea similar se muestra UGT-FICA-Galicia. Esta organización “valora muy positivamente” la sentencia. Para el sindicato, a la dirección de Alcoa “no le queda otra que reflexionar y sentarse de nuevo a negociar, pero ahora con el objetivo de garantizar un plan de futuro” para la planta lucense.

A pesar de esta buena noticia, UGT también advierte que la lucha “no finaliza aquí. Queda un largo camino por delante para los representantes de los trabajadores y para las administraciones”. A modo de conclusión pide la organización, eso sí, que las negociaciones ahora se desarrollen “bajo el paraguas de la buena fe”.