La campaña electoral gallega consume sus últimas horas entre el nerviosismo por el posible cambio de Gobierno en la Xunta y los anuncios por parte de los candidatos.

Uno de ellos, quien aspira a continuar al frente de la administración autonómica, tal y como había anunciado no participó en el debate propuesto por Televisión Española, al que sí asistieron Ana Pontón y José Ramón Gómez Besteiro.

Alfonso Rueda, en ese momento, se daba un baño de multitudes en un municipio que los 'populares' considera suyo, el pontevedrés de Mos. Junto a él estaba Nidia Arévalo, la alcaldesa del concello. Ambos, a tenor de lo que dicen los ecologistas, pueden verse envueltos en problemas judiciales si salen adelante las denuncias presentadas contra la nueva Ciudad Deportiva del Real Club Celta de Vigo y el complejo deportivo, industrial y de ocio que la completaría.

Curiosamente, coincidiendo con la visita de Rueda a Mos, Ecoloxistas en Acción decidió llevar su campaña denominada Salvamontes hasta el centro de Vigo, en concreto, hasta la calle del Príncipe, conocida en todo el país por ser el punto neurálgico de las luces de Navidad del Ayuntamiento olívico. Ahí se ubica la sede del Celta y hasta ella llevaron este miércoles su campaña los representantes de la organización naturalista.

En ese punto, justo delante de la sede social del club, desplegaron un pancarta para, según han explicado, “buscar la sensibilización sobre el valor del terreno forestal y las consecuencias negativas del proyecto del Celta en los montes de Mos”.

De este modo, bajo el mensaje '¿Construirías un estadio de fútbol en las Islas Cíes?' Ecoloxistas en Acción quiere dar a conocer al gran público la superficie afectada por esta iniciativa privada, “un terreno rústico de especial protección, un ecosistema de gran interés patrimonial, que además proporciona agua y biomasa a miles de vecinos” de la citada localidad en cuyo término municipal se halla. Este espacio verde, para los denunciantes, es “un monte comunal que actúa como un auténtico pulmón” para el conjunto del área de Vigo.

Cabe recordar que la nueva ciudad deportiva del Celta, inaugurada en noviembre de 2020 por Alberto Núñez Feijóo, acumula informes de organismos y ministerios en contra, así como resoluciones judiciales desfavorables. Hace algunos meses, según los colectivos vecinales y las entidades ecologistas, con el objetivo de protegerlo, la propiedad del club deportivo impulsó el Proyecto GS360, que afecta directamente a 300.000 metros cuadrados de monte comunal, en beneficio exclusivo de una entidade privada. El mismo recibió la consideración por parte de la Xunta de Proyecto de Interés Autonómico, para blindarlo frente a cualquier movimiento.

En opinión de Ecoloxistas en Acción, en caso de que finalmente no se ponga freno al mismo, existe un “riesgo real de una enorme pérdida social, ambiental e, incluso, económica”, en que se traduciría el atentado urbanístico sobre estos montes, que contienen acuíferos que abastecen de agua a más de 5.000 personas en Mos y que desaparecerían de construírse el proyeco GS360.

Precisamente, la campaña Salvamontes se pone en marcha para “frenar la devastación de montes” como este de Tameiga. El fin último es concienciar y sensibilizar a la cidadanía sobre la importancia de preservar la superficie forestal que, en este caso concreto, está en peligro con el plan del Celta, de ahí que busquen deternerlo.

El movimiento de protesta realizado durante el día de ayer con la colocación de la pancarta delante de la misma sede del Real Club Celta en el centro de Vigo, no es la última que se desarrollará en el marco de Salvamontes.