La conexión PP y Galicia siempre ha sido muy estrecha, incluso, desde el origen del partido que todavía lidera Pablo Casado, en tiempos de Alianza Popular, con un Manuel Fraga convertido en demócrata por obra y gracia de la Transición.

Don Manuel, tras varios fracasos y muchos encontronazos, pronunció aquel “no hay tutelas, ni tu tías” y dejó los mandos de la renacida formación ‘popular’ en manos de un casi desconocido José María Aznar.

Fraga regresó a Galicia, tuvo lo que algunos llamaron “arrebatos nacionalistas” y se paseó con Fidel por los pueblos. Eso sí, siempre mandando como lo hacían los capos, con mano de hierro. Si embargo, alrededor de su partido las cosas cambiaban y mucho. Con Aznar llegaron nuevos cachorros, con ansias de poder y muchas ganas de agradar y triunfar, en la vida pública y en la privada. Ahí nació “el mejor Gobierno de la historia de España”, el del “milagro económico” a través del ladrillo.

Aquel modelo, del que muchos de sus exponentes acabaron ante los tribunales, cuando no en prisión, y del que derivó una enorme trama de corrupción que aún se dirime hoy en los tribunales, creó una cantera similar a la de los clubes deportivos. Y de ella, de la cantera 'popular' gallega, surgió hace ya unos cuantos años quien estos días copa titulares por sus conexiones rusas (e israelíes, y africanas): Pedro Mouriño.

Sin duda, a tenor de su hoja de vida profesional, encarna a la perfección ese rol que tanto gusta al que, con seguridad, es uno de sus ‘ídolos’ político-ideológicos, ex líder de su partido y componente del infame 'trío de las Azores'.

A la vista de su experiencia trabaja con rapidez y aprovecha sus oportunidades. Su conexión con Rusia se sitúa en 2014, cuando participa como observador independiente en un referéndum en la región de Crimea. En los últimos años, como CEO de Iberatlantic Global Corporation, da charlas y toma parte en tertulias. Aparece, sobre todo estos meses, haciendo análisis en Rusia Today, la televisión internacional que muchos sitúan en el entorno del Kremlin.

Hace apenas unos meses fue nombrabo cónsul honorífico de la República Rusa y ha hecho de intermediario entre la empresa que suministra la vacuna Sputnik V y la Comunidad de Madrid. Ese es el papel ‘aznariano’ por excelencia, el de conseguidor o intermediario. El PP, en este sentido, funciona como una gran familia en la que las amistades son más importantes que la capacidad. Él todavía sigue formando parte de la formación.

El vídeo contra Soraya

Casado conoce a Mouriño de sus tiempos de cachorros ‘populares’; la amistad de Pablo e Isabel viene también de esas reuniones juveniles de partido. Él la impulsa a ella (sin quererlo) para ser ‘lideresa’; Pedro coincide con Isa en ideología y colegas de andanzas políticas. Pablo les pone en contacto por los viejos tiempos. Mouriño vuelve a la escena pública, como en aquellos años en los que difundió un vídeo contra Soraya Sáenz de Santamaría en un momento en el que ésta le peleaba el liderazgo del PP a su amigo. Ahora, quien sabe si por aquello de pagar deudas, regresa al candelero al otorgarle un nuevo titular en medios a Díaz Ayuso, eso sí, bajo la supervisión de su particular Redondo vallisoletano.

Y de este modo, Galicia, otra vez, se convierte en campeona de influencias, nada más y nada menos que con la Rusia de Putin, que ha dejado de ser un ex agente de la inteligencia de la ex URSS (comunista) para convertirse en el paradigma del mandatario transparente y amante de la democracia más pura, eso sí, muy nacionalista patrio y capitalista. La libertad y el comunismo no compiten aquí, porque todo es cuestión de propaganda y dinero.

En este contexto, siguiendo lo que dicen los expertos en economía, una crisis como la actual es la perfecta para hacer negocios, incluso si no llegan a buen puerto. Viendo la experiencia de Mouriño, este es su hábitat, su especialidad, para la que se ha estado preparando desde hace algún tiempo, desde que apareciera ya como experto en comunicación en una charla de la Universidad de Vigo en la que presumía de haber adquirido sus mayores conocimientos para ser emprendedor -de esto presume y mucho- no con másteres, estudios inferiores y superiores o cursos de especialización. Nada de esto, su verdadera escuela, dijo, han sido las NNGG del PP, de las que formó parte de su ejecutiva nacional, donde conoció a Casado.

Esas influencias, el saber estar en las fotos y llevarse bien y tener amistad con las personas indicadas es con lo que sueña, no un emprendedor, sino cualquier trabajador. Él lo hizo y, visto lo visto, parece que bien. Ahora Galicia vuelve a estar en Madrid, pero no como muchos podrían pensar, es decir, vía Alberto Núñez Feijóo. Al presidente gallego le ha salido un paisano que no es de su cuerda, aunque sea de su partido, porque Pedro Mouriño, por sus antecedentes y últimos movimientos, es próximo al actual líder 'popular'.

La conexión 'aznariana'

Y tal vez por aquí hay que observar el último movimiento con Ayuso. En clave política interna. Al fin y al cabo, Feijóo es uno de los aspirantes, quizás 'el aspirante' a hacerse con el liderazgo del partido. Sin embargo, da la impresión de que, una vez más, la formación regresa al pasado y en el, como es evidente, no cabe el de Os Peares. En Madrid parecen tenerlo claro Isabel Díaz Ayuso y su mano derecha Miguel Ángel Rodríguez. Este ha recurrido a una comunicación ‘trumpista’, sí, pero propia de años atrás, en concreto, de cuando él se encargaba de los tejemanejes comunicativos de Aznar. Ahora, más de dos décadas después, Ayuso le ha permitido regresar al pasado, y en el círculo se introduce, como no podía ser de otra manera, también a un gallego que le conecta con los rusos para tratar de ‘colocar’ su vacuna en Madrid, aun a sabiendas de que no es posible ni legal.

Aznar, Casado, Ayuso, MAR y ahora Mouriño. Se comenta que en estas conexiones también hay que contar con el yerno del ex presidente del Gobierno, Alejandro Agag, por su amistad con el gallego. Curiosamente en el año 2003, Mouriño fue elegido en un congreso celebrado en Croacia vicepresidente de las juventudes europeas del PP, cargo al que intentó acceder sin éxito con anterioridad Agag.

Mouriño presume de emprendedor. Sin embargo, su aspiración parece haber sido otra. Así lo ponía de manifiesto en un artículo que publicaba La Voz de Galicia en el año 2003. En ella, el amigo de Pablo Casado, tras su nombramiento como vicepresidente de las Juventudes del PP europeo, aseguraba que “creo tener la capacidad para estar en algún cargo público y trabajar en tu país y en tu comunidad”, para añadir que de la organización de la que pasaba a formar parte “ha salido más de un primer ministro. Es una escuela de dirigentes a nivel europeo” ¿Declaración de intenciones? Se verá en sus próximos movimientos.

Solo faltaría que, tras lo de la Sputnik, empezasen a aparecer movimientos extraños de hackers de origen ruso pululando alrededor de las elecciones madrileñas. Menos mal que esto solo pasa en las películas... y con Trump.