Durante las campañas electorales es habitual ver a los políticos intentando mostrar su cara más amable y desenfadada para atraer votos y las elecciones municipales y autonómicas que se celebran este domingo no están siendo una excepción. Esta estrategia tan solo puede ser auditada por la memoria de los vecinos de aquellos barrios donde los candidatos representan su performance y las suspicacias se han disparado esta semana en algunos hogares del barrio sevillano Polígono Sur, el más pobre de España, al que Juanma Moreno Bonilla, presidente de la Junta de Andalucía ha acudido a comerse una paella.

Este martes, el presidente del Gobierno andaluz, acompañado por el candidato a la alcaldía de Sevilla del Partido Popular, José Luis Sanz, se desplazó hasta la zona, donde se ubican las conocidas Tres Mil viviendas y Las Letanías. Tan solo un día antes, el Instituto Nacional de Estadística (INE), publicaba sus indicadores urbanos que revelaban que, un año más, el Polígono Sur es el barrio más pobre de España, con una renta media de 5.816 euros. Estos datos, que colocan en segunda posición también a un barrio sevillano, han dolido en Andalucía, motivo por el que la visita electoralista de Moreno Bonilla ha generado más polémica.

Da vergüenza ajena

“Durante cinco años (tiempo aproximado en el cargo de Moreno Bonilla) no ha habido ninguna medida para acortar la distancia que existe entre el Polígono Sur y el resto de Andalucía, ni una sola”, ha lamentado José Ignacio García, portavoz del Grupo Mixto-Adelante Andalucía en el Parlamento andaluz, enfadado porque tan solo el interés electoralista haya llevado al líder autonómico hasta los barrios más humildes. “No hay inversiones estratégicas, no hay planes de empleo útiles ni medidas estructurales que cambien la situación, pero para hacer campaña los primeros”, ha sentenciado.

El ayuntamiento de Sevilla, liderado por el PSOE, ha preferido no entrar en la polémica y tan solo reiteran sus demandas dirigidas a la Junta de Andalucía y al Gobierno central para aprobar medidas e inversiones extraordinarias que ayuden a revertir la situación de estos barrios. Desde el otro espectro político las críticas han llegado por parte de la extrema derecha. “Uno siente vergüenza ajena”, reaccionaba Manuel Gavira, portavoz de Vox en el Parlamento andaluz, al ver las imágenes. “No es serio” que Moreno Bonilla se vaya al Polígono Sur, en Sevilla, a “comer una paella”, añadía el portavoz, que zanjaba reiterando su valoración: “Da vergüenza ajena”.

Más allá del comportamiento impostado que encarnan los políticos cuando se acercan los comicios, lo cierto es que Moreno Bonilla ostenta la presidencia de Andalucía de 2019 y, desde entonces, las mayores actuaciones desplegadas en barrios como los del Polígono Sur no van más allá del corte de suministros básicos a sus vecinos. El último ha acabado en juicio, enfrentando a la Junta y a Endesa contra un vecino sevillano.

Cortes de suministros básicos

El proceder seguido por la Junta de Andalucía en el Polígono Sur es muy similar al que Isabel Díaz Ayuso desarrolla en la Cañada Real. Poco importa que en estas zonas vivan menores y familias cuyo único delito es ser pobres, la justificación de la proliferación de la droga y el señalamiento de un barrio entero como centro de producción es suficiente para cortar, o permitir a las eléctricas que lo hagan, los suministros a todos los vecinos que tengan la mala suerte de tener ubicado su hogar en estos barrios.

Estar al corriente de pago tampoco es suficiente para librarse del apagón andaluz, tal y como ha comprobado un vecino del Polígono Sur. Cinco meses sin suministro eléctrico ha sido lo que han tenido que sufrir los inquilinos y uno de ellos, con contrato en vigor y al corriente de pago, ha decidido acudir a los Tribunales para denunciar esta injusticia. Enfrente, Endesa y la Junta de Andalucía. Sin embargo, la última esperanza que albergaba el ciudadano de que se solventase esta injusticia ha sido detonada por el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 1 de Sevilla.

“No ha aportado prueba alguna acreditativa del alegado daño que para su salud ha supuesto la falta de suministro eléctrico durante el tiempo en el que el servicio ha estado interrumpido, más allá de la notoria incomodidad que ocasiona la falta de refrigeración de los alimentos, de luz nocturna y de electricidad para el uso de calefactores y de electrodomésticos (pues de agua sí admite que ha dispuesto, al igual que de la posibilidad de cocinar porque usa gas), carencia que se estima ha venido solventando por otros medios”, reza la sentencia en lo que parece más bien una broma de mal gusto.

El vecino sevillano recurre ahora la sentencia al Tribunal Superior de Justicia de Andalucía y el proceso judicial continuará alargándose. Pasado el domingo 28 de mayo, los habitantes de estos barrios de Sevilla seguirán viviendo sin garantía, con el miedo constante a perder el suministro de bienes básicos y necesarios; sin embargo, los políticos no volverán a pisar las calles en los que ellos desarrollan su día a día, por lo menos no hasta que estén cerca las próximas elecciones.