En las pasadas elecciones municipales el pacto alcanzado entre el PSOE y el Bloque Nacionalista Galego (BNG) supuso el primer cambio de signo político en todo el período democrático de la diputación de Pontevedra. Durante más de tres décadas todos los presidentes que tuvo la institución fueron del Partido Popular. Desde Mariano Rajoy, en el año 1986 y bajo las siglas de Alianza Popular (AP), hasta Rafael Louzán en el año 2015 con el actual PP. Los populares perdieron en la última votación 80.000 votos y cinco diputados en la corporación respecto a 2011, por los 10 de PSOE, 4 de BNG y 1 de las Mareas. 

Probablemente algo habremos hecho mal”, aseguró la noche electoral del 25 de mayo de 2015 el todavía presidente, Rafael Louzán. Lo cierto es que el intrincado sistema de elección de las corporaciones provinciales, basado en los partidos judiciales e históricamente favorable a los populares, conllevó en este caso la aparente contradicción de que el BNG, que perdió 15.000 votos, sumase un diputado provincial más.

Sin embargo, el auge inesperado del BNG estuvo en el descalabro del PP en la capital de provincia y su comarca y la concentración del voto nacionalista en esa misma área. Pero la clave estuvo en la marcha militar del PSOE en Vigo, ya que el PP perdió a tres de sus diputados provinciales en ese partido judicial, el más populoso, mientras el PSOE recuperó los 20000 votos que perdió en 2011. De esta forma la suma de PSOE y BNG dio como resultado el 44% de los votos, 12 puntos más que el PP.

“Que los ciudadanos valoren que un partido con tres o cuatro diputados, el Bloque, tenga la llave. Estas son las cosas que tienen las cuentas hechas después de que hablen los ciudadanos. La última palabra no la tienen ellos sino los acuerdos de despacho, que permiten que los que ganan las elecciones no gobiernen”, protestó Louzán aquella noche, para admitir inmediatamente después que “es democrático, por supuesto, mientras no exista una modificación legal”.

Manipulación de las circunscripciones electorales

De este modo ni un año después de que la socialista Carmela Silva tomase las riendas de la institución, los populares anunciaron la fusión entre dos municipios pontevedreses, concretamente Cerdedo-Cotobade. Y las reacciones no se hicieron esperar, la portavoz de Política Institucional del Grupo Socialista, Patricia Vilán, acusó al gobierno gallego de esconder tras esta unión municipal la variación de los partidos judiciales y, en consecuencia, el reparto de escaños en la provincia de Pontevedra. Consideró la diputada que el nuevo reparto podría desviar en las próximas elecciones "uno o incluso dos escaños" en favor del Partido Popular. "Por supuesto no tiene nada que ver que haya sido el conselleiro de Vicepresidencia y secretario general saliente del PP, Alfonso Rueda, el promotor de la fusión, y que su destino político sea la presidencia del PP de Pontevedra, y desde luego que no habrá pensado postularse como miembro de la Diputación Provincial cuando vuelva a haber elecciones municipales", ironizó en aquel entonces la diputada del PSOE.

Este procedimiento, al que hizo referencia la parlamentaria socialista, es lo que la ciencia política determina como ‘Gerrymandering. Término por el que se define la manipulación de las circunscripciones electorales de un territorio, con el fin de producir un efecto determinado sobre los resultados electorales.

Finalmente, la fusión resultante de los dos ayuntamientos se integró en el partido judicial de Pontevedra. El gobierno gallego lo justificó aludiendo a que la Ley de Demarcación y Planta que establece, que, en caso de agrupación, el nuevo ente resultante se integra en el partido al que pertenezca el municipio de mayor población. En castellano, ha relatado José Rama Caamaño, investigador en el departamento de Ciencia Política de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), a ElPlural.com, esto se denomina “zalamandreo, lo que supone la modificación de las circunscripciones censales.

Es una práctica muy típica en Estados Unidos, ya que, al contrario que en España, la delimitación de cada una de las circunscripciones no está fijada, de manera que se hace los días anteriores a las elecciones. Se dispone en función de los intereses de los gobiernos demócratas o republicanos, inclinando la balanza a favor de unos o de otros. Además, a esto hay que unir que también existen las circunscripciones swing, que oscilan. Por eso se hacen modificaciones ‘ad hoc’ con las reglas de juego del partido que va a salir beneficiado”.

El PSOE podría subir entre dos y tres diputados

Lo cierto es que en estos momentos, después de que hasta el propio Rajoy haya impuesto como tarea la recuperación de un diputado provincial “y eso, con alguna ayuda adicional, nos va a servir para tener la presidencia de la diputación y recuperarla”, y de que el presidente provincial del PP en Pontevedra y vicepresidente del gobierno gallego, Alfonso Rueda, haya aseverado que es un “objetivo factible”, si se cumplen los pronósticos electorales, los números seguirían favoreciendo a la coalición actual encabezada por el partido del puño y la rosa.

Fuentes consultadas por este medio han asegurado que “con los datos de las generales y con una previsión de crecimiento del Partido Socialista en casi todos los ayuntamientos del partido judicial de Cambados es posible el vuelco electoral, de manera que el PP saque un solo representante, frente a los dos de los socialistas. Además, en Vigo, los populares podrían perder otro diputado. En síntesis, la horquilla variable está entre dos y tres diputados a favor del PSOE”, ha concluido.

Llegados a este punto, si se cumplen las previsiones, las intenciones del vicepresidente Rueda podrían quedarse en papel mojado. Por lo que no podría añadir como mérito, para ser el sucesor de Feijóo, el haber recuperado la diputación de Pontevedra.