Emilio Delgado es vecino de Móstoles, diputado y portavoz adjunto de Más Madrid en la Asamblea de Madrid y concejal en su localidad. Antes de llegar a la política se desarrolló profesionalmente como educador social, destacando su etapa en el madrileño barrio de San Diego, que fue la que le llevó a meterse en la política y así poder ayudar de otra forma diferente a la gente con la que trabajada como técnico de Integración Social.

Trabajó con menores en riesgo de exclusión social alrededor de diez años, así como también ha compatibilizado su trabajo con el activismo social en el ámbito municipal impulsando medios de comunicación locales, centros socioculturales y en el tejido vecinal.

Así, en un contexto en el que la crispación cada vez está más presente en la política; la ultraderecha no deja de crecer, tanto en España como en el resto del mundo; Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, presenta políticas y medidas contra los servicios públicos; y la vida cada vez es más complicada para la población, con unos precios de la vivienda inasumibles en cada vez más territorios, Emilio Delgado atiende a ElPlural.com para charlar sobre estos y otros temas.

PREGUNTA (P): Me gustaría empezar esta entrevista por su carrera como educador social. Antes de meterse en la política, ejercía como educador, ¿qué le llevó a aventurarse en el mundo de la política?

RESPUESTA (R): Hay un cruce que tiene que ver con trabajar al otro lado de la valla de la Asamblea de Madrid, en el barrio de San Diego. Es una de esas zonas que quedan a la sombra del Madrid imperial, del que presume tanto Isabel Díaz Ayuso. Hay un Madrid que no tiene que ver con las figuras fulgurantes, la gente VIP del Madrid de Ayuso, sino con la gente que tiene muchas dificultades para llegar a fin de mes, que pasan unas vidas bastante complicadas y yo era plenamente consciente de que con muy poquito esas vidas podían mejorar.

Uno de los motivos que me lleva a aventurarme en política es ese y saco lecciones importantes de ahí. Para poder hacer intervenciones en el ámbito de la intervención social es importante la generación de vínculos. Digamos, tú no cambias a la gente, tú trabajas con la gente para generar condiciones en las que la gente por sí misma pueda cambiar, y para eso es importante generar vínculos.

Es fundamental para generar esos vínculos empezar por lo que la gente necesita, no por lo que necesita uno mismo. Y en ese sentido, si quieres saber el teléfono de alguien, en vez de pedirte el teléfono, digamos, interésate por su vida; o si quieres que alguien confíe en ti, no le pidas confianza, sino demuéstrale que eres digno de merecer esa confianza.

Pues de la misma manera creo que en la política, si quieres que alguien te vote, no tienes que pedirle el voto. Lo que tienes que hacer es demostrarle que puedes ser un buen abogado suyo en las instituciones y que puedes defender los intereses de la gente. Y me apetecía mucho defender los intereses de la gente con la que estaba trabajando.

P: Compagina las labores de portavoz en la Asamblea con las de concejal en Móstoles, ¿cómo lo hace y qué cree que aporta a la Comunidad y al municipio?

R: Son esferas relacionadas pero distintas. En Móstoles lo que tenemos es un gobierno del Partido Socialista que, bajo mi humilde opinión, no hizo bien los deberes y permitió la entrada del Partido Popular, y encima ha entrado con el pack completo, con su desprecio por todo lo que tiene que ver con lo público, con las plantillas que tenemos en el Ayuntamiento mermadas e incapaces de reponer bajas o jubilaciones en muchos sentidos, con unas infraestructuras públicas muy deterioradas que obligan a parar la actividad deportiva, por ejemplo, en los polideportivos cada vez que llueve, con servicios públicos manifiestamente mejorables y que los pocos que quedan se están privatizando.

Por poner un ejemplo, La Casa de Emergencias para Mujeres que ha anunciado el Partido Popular en Móstoles que va a privatizar. Es la última casa de emergencias de mujeres que era de gestión pública en la Comunidad de Madrid, llevaba siendo así desde el año 1994, y a partir de ahora se adjudicará a una empresa a través de nuevos pliegos que cifran en un 40% la oferta económica por encima del interés del proyecto, de la solvencia del proyecto.

Abandono de lo público, mucho toro, mucha bandera y dar la espalda a las necesidades de los mostoleños

Todo eso lo han cubierto con mucho evento, muchos toros, mucha bandera de España, mucho homenaje a la bandera de España y en definitiva, el pack completo del Partido Popular en Móstoles. Porque, además, ha salido la pérdida de oportunidad para una ciudad, que es la segunda ciudad de la Comunidad de Madrid, de avanzar en políticas que tienen que ver con la reindustrialización que tanto necesita nuestra ciudad y que nosotros pensamos que además coincide con la necesidad de hacerlo en verde. Es decir, hay que encarar la transición energética y ecológica y se podía aprovechar para industrializar nuestra ciudad en verde, ser los primeros que lo hicieran.

Tampoco se ha centrado en las necesidades de uno de los principales problemas, como es la vivienda: se ha negado a declarar zonas tensionadas, se ha negado a inspeccionar la labor de las inmobiliarias que sabemos que están cobrando comisiones ilegales a muchos vecinos y vecinas y la única actividad en materia de vivienda que han puesto sobre la mesa ha sido un pelotazo urbanístico en el llamado Parque de los Olivos, que hemos tenido que llevar a los tribunales.

Por eso te decía que es el pack completo, el abandono de lo público, mucho toro, mucha bandera de España y dar la espalda a las necesidades de los mostoleños y mostoleñas.

P: En Móstoles sigue gobernando PP con Vox, pese a que la ultraderecha aseguró que rompería todos los gobiernos con los populares. ¿Qué tiene que hacer la izquierda para evitar que estos lazos se produzcan?

R: Creo que cuando hablamos del auge de la derecha la mirada que necesitamos es una mirada larga. Cuando nuestras familias llegaron a Madrid el valor de la política era muy superior al que es hoy para muchísimas personas. La política se transformaba en una herramienta enormemente útil: por primera vez podían votar, se constituyeron los primeros ayuntamientos democráticos y la gente vio de una manera muy nítida que su voto sirve para cambiar las cosas.

Se comienza con el alumbrado de las calles, el asfaltado, la gente ve que hay un polideportivo, un colegio público, una estación de tren… que su voto cambia materialmente su vida para mejor y da un valor a la política. Y los sucesivos casos de corrupción que vienen después en el bipartidismo, acompañados de políticas que van quitándole progresivamente poder, tiempo y dinero a la gente, hacen que la gente caiga en una decepción importante con la política y que no le dé el mismo valor que se le daba hace 40 años. Y sobre ese malestar es sobre el que cabalga la extrema derecha, no para conducir ese malestar hacia posiciones de mayor democracia, sino todo lo contrario, para cuestionar la democracia porque no le gusta lo que lleva asociado.

Su proyecto no es devolvernos a 1936, pretenden llevarnos a 1789

Porque no les gustan los derechos laborales, no les gustan los derechos sociales, no les gustan los derechos de las personas LGTBI ni los de las mujeres. De hecho, no les gustan ni las instituciones europeas ni les gusta la ciencia.

Estamos viendo como ataca Ayuso, por ejemplo, secando la financiación de las universidades públicas, Mayor Oreja cuestionando las teorías de Darwin, toda la derecha cuestionando a la AEMET o a los científicos que denuncian el cambio climático. Bueno, parece que el proyecto de esta gente ni siquiera es devolvernos a 1936, sino mucho más atrás. Pretenden llevarnos a visitar 1789, antes de la Revolución Francesa.

¿Y qué se puede hacer frente a ese auge de estas fuerzas reaccionarias? Justamente devolverles al valor que la política tuvo en su momento. Si queremos frenar a la extrema derecha, lo que hay que hacer son millones de viviendas públicas de calidad y baratas para que la gente pueda vivir tranquila, no se genere ese malestar y la extrema derecha sea incapaz de levantarse sobre el malestar de la gente.

Pero creo que es mucho más interesante reforzar las políticas públicas que hablar permanentemente de la extrema derecha. No va a solucionar el problema ponerlos en el centro, lo que hay que hacer es secar sus fuentes.

P: Recordemos que esta puja entre ultraderecha y derecha se materializó por el reparto de menores migrantes no acompañados. ¿Considera que el racismo y la xenofobia cada vez están más presentes en la sociedad?

R: El racismo aparece en base a dos variables. Una es la escasez de recursos, cuando la gente tiene miedo porque no sabe si va a poder llegar a fin de mes, no sabe si va a encontrar trabajo, no sabe qué va a ser de su futuro; y cuando alguien aprovecha ese miedo para azuzar el miedo al hambre ajena, cuando aparece alguien que señala a otro con el dedo y dice ‘tu problema es este de aquí’.

La respuesta es reducir el miedo de la gente, reducir su ansiedad, garantizar su futuro y ser capaz de ofrecer cierto horizonte predecible. Estas son las tareas fundamentales que tiene que hacer la izquierda si quiere eliminar el racismo.

¿Por qué la ultraderecha crece en Austria, por ejemplo, y sin embargo en Viena es incapaz de entrar? Porque Viena es el lugar del mundo donde tienen un modelo de vivienda asequible, que da tranquilidad y que garantiza que todo el mundo tenga un futuro predecible. Ahí no hay opciones a que entre la extrema derecha.

Necesitamos hacer eso, necesitamos garantizar a la gente que va a poder vivir tranquilamente, que va a tener un horizonte predecible y entonces se secan las fuentes de las que bebe la derecha.

P: Los toros volvieron a Móstoles de la mano de Vox después de una década, aunque no es un caso aislado y cada vez se dedica más dinero público a la tauromaquia. ¿Qué le parece y en qué invertiría ese dinero?

R: En la Encuesta de Hábitos y Prácticas Culturales en España se establece que las personas vinculadas al mundo taurino no llegan al 2%. Eso en Móstoles serían unos 4.000 vecinos aproximadamente. Para esos 4.000 vecinos, el Ayuntamiento ha gastado en 2024 un millón de euros. Pensemos si ese millón de euros no tendría un impacto mucho más significativo en barrios como Móstoles Sur, que tiene 15.000 vecinos.

Parece que todos los sitios donde el Partido Popular ocupa posiciones en instituciones, el Partido Popular de Madrid ha dado la orden de sostener artificialmente con dinero público esta lacra cultural. Porque es evidente que sin dinero público no funciona y solo hace falta ir a los presupuestos de la Comunidad de Madrid, donde vemos que se eliminan las subvenciones a los museos nacionales, pero se aumenta en 1,7 millones las subvenciones a la Fundación Toro de Lidia, por ejemplo.

Entonces, sin estigmatizar a nadie, pero pensemos que la sociedad ha superado determinadas tradiciones y con no subvencionar con dinero público la tauromaquia, que consideramos una tradición obsoleta, cae por su propio peso.

P: La vivienda, uno de los principales problemas en Madrid. ¿Qué medidas se deberían llevar a cabo a nivel autonómico y estatal para garantizar el acceso a una vivienda digna?

No entendemos muy bien qué modelo de éxito es el que enarbola el Partido Popular

R: La señora Ayuso lo que dice es que su modelo es un modelo de éxito en cuanto a la vivienda. No sabemos a qué se refiere por modelo de éxito, pero lo que está claro es que Madrid no puede establecer ni un solo indicador positivo en materia de vivienda. Estamos en la tasa de emancipación por detrás de otras comunidades como Cataluña o Canarias, estamos a la cabeza de España en la subida de alquileres y estamos a la cola de España en vivienda pública. No tenemos ni una sola vivienda pública de protección oficial permanente. Es un absoluto despropósito.

Por tanto, no entendemos muy bien qué modelo de éxito es el que enarbola el Partido Popular. Sabemos que hay otros sitios donde sí hay modelos de éxito, lo que pasa es que al Partido Popular no le gustan porque se inscriben en tradiciones políticas que no son de su agrado.

Es el caso de Viena, por ejemplo. Lo que se está haciendo en Viena es radicalmente opuesto a lo que se está haciendo en la Comunidad de Madrid. Allí hay control público del suelo, regulación de alquileres, una forma masiva de vivienda pública, no solamente para la gente que tiene dificultades para acceder a una vivienda, sino para el 80% de la población, que es un modelo de gestión de vivienda público que convive con otro modelo, un 20%, que tiene que ver con la parte privada.

Pero hay un 60% de gente que puede vivir a orillas del Danubio a precios más que razonables. Podríamos mirarnos en ese espejo, pero la señora Ayuso, presa de un fundamentalismo liberal que no beneficia a nadie en la Comunidad de Madrid, ha decidido que eso no va a ser así y que no va a regular los precios del alquiler, que no va a aplicar las zonas tensionadas que permiten la Ley de Vivienda. En definitiva, se hace responsable del desastre en el que viven millones de madrileñas y madrileños que no pueden acceder a una vivienda y que ven torpedeada su vida cotidiana.

P: La Comunidad de Madrid es una región donde impera la privatización y el negocio a la empresa privada, en sanidad, en educación, en residencias… ¿por qué lo hace el PP y cómo repercute en los ciudadanos?

R: Creo que tiene dos motivos fundamentales. Uno es garantizar los negocios a la gente que verdaderamente sale beneficiada de un proyecto como el de Isabel Díaz Ayuso, que son las grandes empresas. Recordemos que desde que es pareja de Alberto González Amador el gasto de la Comunidad de Madrid hacia Quirón se ha duplicado y las comisiones de Quirón hacia la pareja de Ayuso se han cuadruplicado.

Por lo tanto, tenemos un primer motivo que tiene que ver con regar de dinero público a determinadas empresas. Pero además creo que hay un motivo más de fondo y es que cuanto más dividida, más segmentada y más fragmentada está la sociedad, mejor le va a un proyecto como el de Isabel Díaz Ayuso, y por lo tanto, lo que hacen es destrozar todo lo público, privatizar el ascensor social.

Estamos viendo cómo todos los rectores unánimemente han salido a protestar por el estrangulamiento económico de la universidad pública madrileña, es una auténtica vergüenza que uno de los símbolos de la seña de identidad de esta comunidad, que es la universidad pública, haya llegado a unos niveles que no pueden pagar nóminas, que no pueden reponer materiales básicos, que no pueden pintar pasillos… mientras vemos como se duplica el número de universidades privadas, como ya hay más alumnos estudiando másteres o estudiando medicina en universidades privadas que públicas…

Eso es la ruptura del ascensor social, eso supone partir por la mitad los consensos que ha construido nuestra sociedad en los últimos 40 años. Y el objetivo último es ese, segmentar y romper a la sociedad porque cuanto más desigual es la sociedad, mejor le va al Partido Popular.

P: Con la DANA en Valencia hemos visto la importancia que tienen los servicios de emergencias. Los bomberos en Madrid llevan tiempo denunciando falta de recursos y efectivos, ¿qué consecuencias puede esto tener? Y qué haría Más Madrid para solucionarlo

R: Nosotros, aparte de constatar el hecho de que todos los parques de bomberos de Madrid, excepto uno, lucían pancartas protestando por su situación, nos interesamos, acudimos a visitar el Parque de Bomberos de Móstoles y allí, in situ, nos estuvieron explicando, por ejemplo, que les faltaban herramientas tan básicas como una escala que llegara a los pisos más altos. Si se producía un incendio en los pisos más altos había que ir a buscar la escala a Parla. Se puede tardar una media hora entre que vas y vienes como poco y estamos hablando de vidas.

Yo espero que no todo el mundo diga que todos los políticos son iguales

Y entonces decidimos traer a los bomberos de la Comunidad de Madrid a la Asamblea para que el resto de partidos pudiera conocer su situación. Lo que contaron los bomberos fue básicamente que tienen EPIS que tienen más de 15 o 20 años, que los camiones no están adaptados a los nuevos materiales, que llevan pidiendo cosas tan básicas como materiales de protección que no les llegan y pensamos que un servicio público como el de bomberos en una comunidad que se jacta de ser la más rica de España, pues deberían estar solucionados este tipo de problemas.

Nuevamente nos encontramos que hay un ataque intencionado, coordinado, sostenido en el tiempo a los servicios públicos y las consecuencias son evidentes. Si mañana tenemos por desgracia una situación similar a la que se ha vivido en Valencia, pues hombre, yo espero que no todo el mundo diga que todos los políticos son iguales, porque mientras había políticos que daban la espalda a los bomberos, había otros que nos hemos preocupado de que se dé a conocer su situación y de que en la medida de lo posible intente solventarse lo más rápidamente posible.

P: No podemos terminar esta entrevista sin mencionar que muchas de sus intervenciones en sede parlamentaria se hacen virales en las redes sociales. ¿Cómo se siente?

R: Me siento satisfecho de poder hacer mi trabajo lo mejor posible y de que haya gente que entienda que es útil y lo valore. Y en la medida que sea útil para conseguir lo que de verdad importa, que es cambiar el panorama político y económico de la Comunidad de Madrid, pues me sentiré muy satisfecho porque yo aquí vine, como te decía al principio de la entrevista, a hacer de abogado de mucha gente que no tiene voz en la Comunidad de Madrid, que no tiene la posibilidad que tengo yo de decirle a Ayuso lo que piensa y en la medida en que la forma de hacerlo sea útil, esa gente lo entienda como útil y le parezca bien, yo estoy muy contento, muy satisfecho.

Hay dos modelos, los que entienden que creamos comunidades y los que quieren privilegios

P: Y ya para cerrar, ¿qué haría para terminar con la crispación y el odio que cada vez están más instaurados en la política y la sociedad?

R: La crispación es un síntoma del choque entre dos modelos, el que entiende que los seres humanos no somos gente que se cruza por la calle y ya está, que formamos comunidades y que las comunidades tienen que preocuparse por todos y que necesitan servicios que atiendan a toda la gente y que hay un proyecto de sociedad en común.

Y los que entienden que pueden emanciparse de los cuidados de los demás porque son ricos, porque les va bien y porque no necesitan hacerse cargo de gastos que tienen que ver con el Estado, con el Estado de Derecho, con lo que hemos conocido con las sociedades modernas. Ellos quieren privilegios, nosotros queremos derechos y a partir de ahí hay un choque y la tensión entre esos dos modelos genera ese malestar.

Creo que es mejor que se exprese en términos democráticos y en instituciones democráticas a que se exprese de otras formas que a lo largo de la historia no han traído nada bueno. La verdad.

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