A pocas horas de que el Psoe pueda adoptar una decisión que permita o no seguir gobernando a Mariano Rajoy, que a día de hoy se mantiene en el gobierno por la fallida investidura como presidente del gobierno de Pedro Sánchez, contra el que se sumaron los votos de los diputados del Partido Popular a los de Podemos e Izquierda Unida entre otros, la situación se sigue presentando  idílica para la derecha, que encuentra como principal aliado para su permanencia el enfrentamiento entre los partidos de izquierda, la vieja táctica de divide y vencerás parece seguir siendo efectiva para un gobierno de la derecha manchado de abajo a arriba de casos de corrupción, mala gestión y colmado de las políticas más retrógradas y antisociales de este periodo democrático.

 Sin embargo la lucha por el poder y la incapacidad de diálogo interno y externo, está llevando a los partidos de la izquierda a la pérdida de votantes, tanto El PSOE como Unidos Podemos perdieron votos en las últimas elecciones generales. No comparto los análisis que hacen unos y otros justificando su pérdida de votos, la realidad es que se alejan de las necesidades de una población que se declara mayoritariamente de centro izquierda y gastan sus esfuerzos en desacreditarse unos a otros y en  priorizar debates territorialitas frete a  buscar soluciones a los problemas socioeconómicos de las personas. Mientras, el PP ha seguido llamando de la mano de poderes fáctico y mediáticos al miedo a “qué viene Podemos”, en una estrategia de retroalimentación con este partido, como suele hacer con los partidos nacionalistas.

A todo esto el PSOE muestras su debilidades propias, motivadas por las luchas de poder internas y las diferencias entre lo que dicen y lo que hacen. Podemos ha podido maquillar con una buena ayuda mediática que su apoyo al PP ha sido circunstancial, aunque les haya costado un millón de votos.

 El PSOE se dirime mañana frente a seguir perdiendo su credibilidad permitiendo gobernar al PP, si esa es la decisión creo que difícilmente volverá a recuperar otra de sus parcelas de confianza, de las muchas que ya tiene perdidas ¿que persona indecisa  confiará su voto a un partido progresista que facilita  el peor gobierno de la derecha? 

Hasta el momento las explicaciones de lo que puede acontecer, como las formas en las que se ha desarrollado esta lucha interna, parecen generar un importante rechazo entre la ciudadanía, a la que, desde determinados sectores del PSOE, quieren enmarcar la situación entre “Rajoy o la nada” desechando acuerdos con el resto de la cámara o valorando unas terceras elecciones como un abismo, asumiendo las tesis del propio Partido Popular, y es que como dice Jose Andres Torres Mora en su prologo del libro de G. Lakoff  “Quizá el peor de todos lo errores sea asumir inconscientemente las ideas del contrario, volverse uno mismo un propagandista de estas. De igual modo que el personaje de Molière hablaba en prosa sin saberlo, hay quien habla en la prosa de la derecha sin ser consciente de ello”

La duda sobre esta cuestión es si este planteamiento de argumento político que están lanzando desde parte de la gestora  del PSOE y sus acólitos, es por desconocimiento o con clara intencionalidad a favor de unos intereses de ciertos sectores que se alejan por un lado de los intereses de la mayoría de las personas en este país, se alejan de los valores políticos de la social democracia y se aleja de la voz de la militancia, a la que no quieren consultar en un estilo parecido al del despotismo ilustrado cuando alertaba de los peligros del sufragio universal, que a finales del S.XVIII hizo popular su “todo por el pueblo pero sin el pueblo” al igual que ahora el coro de altos cargos institucionales del PSOE dicen que no es bueno consultar a la militancia.