La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, convocó este viernes a sus consejeros en la Residencia de Santillana, en Manzanares el Real, en el marco de las reuniones de trabajo que realiza el Consejo de Gobierno de forma puntual para hacer balance de gestión y preparar calendarios. Un balance lleno de sombras y cicatrices, con la guerra interna con Génova como telón de fondo, y un futuro con altas expectativas en el que saldrán a flote las actuaciones del pasado. De ello ya dio unas pinceladas la propia Ayuso a comienzos de esta semana, cuando afirmó que no incluirá a sus consejeros en el PP de Madrid.

Las traiciones y deslealtades de altos cargos del PP, aunque más tarde se entregaran a la causa Ayuso, quedaron patentes en la guerra interna entre Ayuso y Casado, con el espionaje a la presidenta madrileña y su entorno familiar como protagonista. El peso específico que ha logrado la presidenta de la Comunidad de Madrid en la política española es indudable y en el cuartel general del PP lo sabían, razón por la que se habría orquestado una operación para apuñalarla y arrebatar sus intenciones de liderar el partido madrileño. Fue en ese momento cuando se señalaron cuatro consejeros ‘traidores’ para mover ficha hacia Génova, y para los que Ayuso tendría guardada su jugada maestra a su llegada al liderazgo del PP de Madrid. Dos salvados, pero dos en el punto de mira y a punto de sentenciar, según confirman fuentes del PP de Madrid a ElPlural.com.

El primero, Enrique Ruiz Escudero, consejero de Sanidad y número dos en la lista de Ayuso para los comicios de mayo de 2019. “Está entregado a la causa” de Ayuso, afirman sobre este las mismas fuentes, pese a ser fiel a Génova con Casado y reunirse casi a diario con García Egea en la época de la anterior directiva. Ayuso le habría perdonado cuando, en plena guerra con Génova, sale a hacer unas declaraciones en defensa de la presidenta. Ya antes había argumentado que era “legítimo” que Ayuso quisiera liderar el PP de Madrid.

No obstante, según las mismas fuentes, “Escudero cambia de bando cuando se percata de que el contrato [el del hermano de Ayuso y las mascarillas, que depende de su Consejería] se le puede llevar por delante”.

Sin embargo, el futuro del actual consejero no pasa por Sol, según las quinielas populares. Ayuso prometió no cambiar de rostros en el Gobierno hasta acabar la legislatura, pero cuando lleguen las elecciones regionales y autonómicas en mayo de 2023, Escudero tiene enmoquetado el camino a la candidatura a alcalde en Pozuelo de Alarcón. Escudero sigue siendo presidente del PP local, en el municipio más rico de España y cuya alcaldesa, Susana Pérez Quislant, está en entredicho tras perder la mayoría absoluta tradicional del PP.

El segundo nombre que la popular habría decidido salvar, por claros tintes de interés, es Enrique López, responsable de Justicia en la Comunidad, que siempre mantuvo una doble lealtad pelegrisa: hacia Casado, quien le ayudó en su salto a la política y de quién era responsable de Justicia en Génova, y con Ayuso, con quien se mantiene como consejero de Justicia, Interior y Víctimas. Ayuso le ha perdonado algunos gestos desleales, como su ausencia poco justificada en la rueda de prensa de consejeros que defendió la legalidad de los negocios del hermano de Ayuso con la Comunidad. 

Sin embargo, la razón no es la misericordia. “Ayuso se ha dado cuenta del valor de Enrique López: a nadie le conviene enfrentarse a un juez de la Audiencia Nacional porque hoy le puedes cortar la cabeza, pero se vuelve a su juzgado y dentro de dos años te lo puedes encontrar en frente”, indican.

Pero, además, Enrique López también es conocedor de todos los resortes y contactos de la Justicia española, lo que siempre ayuda. Muestra de ello es el recurso presentado en la ante el TSJM con el que desde Madrid consiguieron evitar que el Gobierno cerrara la comunidad por la pandemia y el Ejecutivo central tuvo que decretar el estado de alarma para conseguirlo al ser incapaces de hacerlo de otro modo.

Los crucificados por Ayuso

En el bando contrario se encuentran los otros dos ‘traidores’ a la lideresa regional. David Pérez y Carlos Izquierdo serían los señalados. El primero tiene puesta la cruz desde que fuera el primero en pedir que no hubiera Congreso y apoyar la postura de Génova, y es que éste no le perdonó a Ayuso que le pasara de número dos, en 2019, a número cinco en las listas de 2021. Aunque la raíz del problema viene de antes, de las anteriores elecciones, cuando Pérez estaba destinado a ser el vicepresidente si Ayuso hubiera gobernado en solitario, como número dos de la lista, pero fue el naranja Ignacio Aguado quien se convirtió en vicepresidente, fruto de la coalición con Ciudadanos  

Además, en esta legislatura se le han quitado competencias a su Consejería y la presidenta solo ha aparecido con él en actos muy contados y obligada por la cartera. Tampoco le ven futuro para intentar volver a ser alcalde de Alcorcón, donde estas mismas voces apuntan que “lo hizo muy mal, es un municipio sociológicamente de izquierdas y se dedicó a polarizar, en lugar de asentarse”.

El futuro de Carlos Izquierdo no es más esperanzador en el camino junto a Ayuso. Izquierdo de hecho recibió las competencias arrebatadas a Pérez y ahora es consejero de Administración Local y Digitalización, una cartera económica de poco valor. 

Izquierdo ejerció formalmente de jefe de la campaña con la que Ayuso arrasó en 2021, aunque en la práctica el mérito siempre se ha apuntado al entorno de la presidenta en general y a Miguel Ángel Rodríguez en particular. Y es que Izquierdo forma parte del PP de Madrid de la gestora que Ayuso quiere apartar ya para formar su propio equipo. Además, Izquierdo fue uno de los 35 elegidos por Casado para su Ejecutiva cuando ganó el Congreso que le hizo presidente del PP, y aunque su entorno habla de que apoya a Ayuso, nunca lo hizo de forma vehemente durante la guerra sin cuartel con la anterior dirección de Génova. 

En el saco de los crucificados por Ayuso no estaría Javier Fernández-Lasquetty, consejero de Hacienda y hombre fuerte del proyecto económico de la Comunidad de Madrid. Fernández-Lasquetty siempre fue fiel a su amistad con Casado -fue su jefe de Gabinete al llegar a Génova-, pero se pasó al bando Ayusista en la guerra porque “se llevaba fatal con Teodoro García Egea”.

Las caras blancas de Pérez e Izquierdo

El pasado 9 de mayo, Isabel Díaz Ayuso sorprendió a más de uno al asegurar que no incluirá a sus consejeros en el PP de Madrid para evitar duplicidades, con la máxima de distinguir entre “partido” y “gestión”. Ayuso plantea un cambio “total” en la formación autonómica, reduciendo notablemente la estructura.

Esta decisión dejó blancas las caras de David Pérez y Carlos Izquierdo, ya que provocaría su salida de la cúpula directiva del PP de Madrid. Pérez es responsable de Transportes e Infraestructuras en la Comunidad y Vicesecretario Territorial en el órgano regional, mientras que Izquierdo es titular de Administración Local y Digitalización compaginándolo con la Vicesecretaría de Organización en el PP de Madrid.

Para más sorpresa, a quién sí blindará la lideresa madrileña en su nueva estructura será a José Luis Martínez-Almeida, alcalde de Madrid. Aunque ya es miembro nato del PP de Madrid por su condición de regidor, podría tener cuota en la nueva ejecutiva para personal de su confianza en el ayuntamiento.