Comienza a circular intensamente en la opinión pública que el pujoletazo  puede salpicar a Artur Mas.  A nadie sorprendería, desde luego, que el heredero político de Pujol y de su familia  estuviera -de un modo u otro- también pringado con negocios tan millonarios como ilegales. Recuérdese que el padre de  Pujol se murió tras haberse enriquecido, entre otros asuntos, con trasiegos de dinero fuera de España.  Algo similar a tales trasiegos le ocurrió a Artur Mas, según la reciente versión de El Mundo, el periódico que -nos guste o no- contribuyó poderosamente a destapar la cara oscura del pujolismo.

De todo punto inverosímil
He aquí lo subrayado por el mencionado diario: "Resulta muy poco creíble, por no decir de todo punto inverosímil, que Artur Mas desconociera lo que ha estado ocurriendo durante años ante sus narices (...). Mas no sólo es el sucesor que eligió Pujol y el responsable de Hacienda de la Generalitat, cuando éste era presidente, sino que existen dudas  sobre  el dinero que acumuló su familia en Liechtenstein. El padre de Mas se murió hace unos pocos años dejando una fortuna a los suyos.

La Guardia Civil
Pero además, es   verdad que las primeras actividades empresariales del entonces más bien jovencito, Mas, le llegaron merced a las influencias de un personaje relevante en el ámbito nacionalista, Lluis Prenafeta, muy cercano a Pujol.  El grupo empresarial de Prenafeta y sus hermanos, Tipel, contrataron a Mas. Fue éste, sin embargo un fracaso que terminó con las empresas citadas. Prenafeta fue la mano derecha de Pujol durante diez años en calidad de secretario general de la Presidencia. La reaparición pública de Prenafeta se produjo con estallido notable, junto a la de Marià Alavedra, detenidos ambos por la Guardia Civil, más el entonces alcalde socialista de Santa Coloma de Gramanet, Bartomeu Muñoz.  Ni Prenafeta ni Alavedra eran políticos sin sospecha alguna. Todo lo contrario. Eran sospechosos y amigos de Pujol.

Fèlix Millet y el Palau
Otro convergente  gravemente tocado por la corrupción fue Fèlix Millet, ilustre presidente del Palau de la Música de Barcelona. Hete aquí otro amigo de Pujol. Los millones de euros trasvasados a CiU, mediante distintos medios, confirman -después de una larga obsesión nacionalista por  proyectar a la ciudadanía el slogan de que Cataluña venía a ser la sede de un oasis maravilloso, y no como el conjunto de España, presto a montar pollos y a observar ladrones por todas partes.  La frasecita "España nos roba",  condujo a muchos a saltar del catalanismo al nacionalismo y más tarde al soberanismo y luego ya a los separatistas y/o los independentistas.

23 años de supuesto centrismo
¿Hasta dónde CDC aguantará  la presión generada por el hundimiento -obviamente traumático- del mito Pujol? ¿Hasta dónde podrá mantenerse Artur Mas, que se ha quedado casi solo ante el presunto peligro de que la Justicia le investigue y le dé por buscarle las cosquillas?  ¿Por qué  ERC no quiere coaligarse ahora con CDC? ¿Acabará Josep Antoni Duran Lleida alejado de una vez de CDC,  y con Unió y otros posibles fuerzas, más o menos centristas, conseguir que Cataluña  "vuelva al centro"?  Ese centrismo, por cierto, duró 23 años, arropado por unos cuantos sinvergüenzas que se hicieron de oro, mientras evidentemente emocionados cantaban Els Segadors.

Enric Sopena es director de ELPLURAL.COM