Es uno de los nombres propios del procés, uno de los hombres de la jornada. El president de la Generalitat, Carles Pugidemont, esbozaba una sonrisa de oreja a oreja mientras la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, contaba los votos depositados por los diputados de Junts pel Sí, Catalunya si que es Pot y la CUP (el resto de la Cámara no han participado). Con 70 votos a favor, 10 abstenciones y dos votos en blanco, el Parlament ha proclamado la independencia de la República catalana. Entonces, todos le miraban a él, el artífice de la recta final del procés. Y el president, atendiendo al reclamo de los asistentes y haciendo las delicias del respetable, ha tomado la palabra.

El president ha evitado el cuerpo a cuerpo con la oposición durante la sesión plenaria, pero al finalizar el pleno, lejos de irse, diputados, prensa y ciudadanos se han instalado han acomodado en las escaleras y en el descansillo del Parlament, y Puigdemont ha aprovechado el momento. Ante los gritos de “¡president, president, president!”, el president se ha dirigido a los presentes: “Hoy el Parlament de nuestro país, legítimo y surgido de las elecciones del 27-S, ha hecho un paso largamente esperado y luchado".

Carles Puigdemont ha señalado que “somos una sociedad que siempre ha respondido pacíficamente”, y ha añadido que "vienen horas en que a todos nos tocará mantener el pulso de este país, de mantenerlo sobre todo en el terreno de la paz, el civismo y la dignidad. Como ha pasado siempre y seguirá pasando".

"Alcaldes y diputados, está en nuestras manos fortalecer Cataluña como una vieja nación de Europa que siempre ha contestado a los retos desde la paz. Y sobre todo ser dignos", ha dicho el president, quien ha insistido en que "son las instituciones y las persons las que conjuntamente construimos pueblo y sociedad. Un pueblo no puede construirse de manera separada de la sociedad. Por eso, vosotros alcaldes representáis esta solidaridad entre instituciones y ciudadanía".