El presidente Aragonés sigue sin mayoría para aprobar los presupuestos de la Generalitat y no la tiene porque se resiste a cambiar el paradigma de la política catalana, marcada desde hace años por los bloques enfrentados, creados en torno a independencia sí o independencia no. Pactar con Junts, supone la continuidad de una situación que por muy enrarecida que sea la relación entre ellos mantiene al PSC fuera del círculo central; acordar las cuentas con los socialistas supondría la ruptura de las líneas rojas y una apuesta por la transversalidad. Para evitar decantarse, los republicanos vienen sugiriendo la posibilidad de pactar los presupuestos con Junts y con el PSC, además de con los Comunes, que siempre están dispuestos, sea quien sea el tercero en discordia.

Las negociaciones están abiertas formalmente con las dos fuerzas parlamentarias que pueden dar la mayoría absoluta a un acuerdo minoritario entre ERC y Comunes. A pesar de los muchos obstáculos planteados por Oriol Junqueras a un acercamiento al PSC, las reuniones entre socialistas y republicanos se suceden con normalidad, aunque sin avances reconocidos, más bien al contrario. De repente, los socialistas han resucitado el proyecto de ampliación del aeropuerto Josep Tarradellas de El Prat como condición para conceder su apoyo a los presupuestos autonómicos.

La ampliación del aeropuerto fue, justamente, una de las cuestiones que encendió el pacto de gobierno de ERC y Junts y aunque en este momento el partido dirigido por Jordi Turull no lo presente como un factor de negociación presupuestaria, difícilmente puede olvidarse de su interés por este proyecto. Al rescatar la ampliación de El Prat, los socialistas reabren, de paso, sus diferencias con Ada Colau al respecto de este tema. En las últimas semanas, Jaume Collboni, socio del gobierno municipal de Barcelona y candidato reafirmado por el PSC, se pasa los días subrayando las discrepancias con Colau y el futuro del aeropuerto es una de las más clamorosas. La alcaldesa ha insistido en que mientras ella esté en el cargo no habrá luz verde a la ampliación, coincidiendo así con ERC.

En lo que si coinciden PSC y Junts en sus exigencias para aprobar los presupuestos es en la urgencia de empujar definitivamente el proyecto de Hard Rock en Tarragona. El resurgir de este eterno proyecto de ocio y turismo previsto en los términos municipales de Salou y Vila-seca coincide con la denuncia del alcalde de Salou. Pere Granados asegura que los promotores estadounidenses han paralizado las inversiones debido al retraso en la aprobación del correspondiente plan urbanístico por parte de la Generalitat. Junts ha presentados también dos de sus reivindicaciones tradicionales: la bajada de impuestos lineal y el recate de la escuela concertada. Estos dos ítems le aseguran la distancia ideológica con los socialistas y los Comunes, pero también le dificultan la decisión a ERC.

Las diferencias específicamente presupuestarias entre unos y otros no se intuyen insalvables, sin embargo, no parece ser esta la cuestión central de las dudas de ERC, sino la trascendencia política de elegir a unos u otros socios. Se trata, en primera instancia, de aceptar el peso político del PSC o de rehacer las relaciones con sus ex socios de Junts y como consecuencia de esta decisión, enterrar la política de bloques en el Parlament o mantener la vigencia del acuerdo preelectoral del independentismo que declaraba el cordón sanitario a los socialistas. Para los socialistas catalanes, se entiende.

La incógnita no puede durar mucho si lo que pretende el gobierno de Aragonés es disponer de unos nuevos presupuestos a poco de comenzar el año. Esta es la primera de las grandes incógnitas de la política catalana; la segunda, esta vista para sentencia en el Tribunal de Justicia de la Unión Europea. La decisión del TJUE sobre la inmunidad parlamentaria de Carles Puigdemont y los consejeros residentes en Bélgica que son eurodiputados afectará irremediablemente a todos los actores de la política catalana y española, aunque la noticia puede tardar todavía varios meses en conocerse.