Las acciones (o inacciones) de los Mossos de Esquadra estos últimos días han generado una gran polémica en Cataluña. El pasado jueves, agentes de la BRIMO cargaron contra los CDR de las manifestaciones antifascistas que se habían convocado en Terrassa (Barcelona) y Gerona, en respuesta a las concentraciones ultraderechistas lideradas por Vox para el día de la Constitución. Unas cargas que fueron consideradas "desproporcionadas" por el bloque político independentista y que llevaron al presidente de la Generalitat, Quim Torra, a pedir explicaciones y "purgas" en el cuerpo policial al conseller de Interior, Miquel Buch.

No obstante, si bien el independentismo se indignó el jueves pasado con la actuación de los Mossos, este lunes le tocó el turno al bloque constitucionalista catalán y español. Tanto el PSC, como Ciudadanos y el PP mostraron su rechazo a lo que consideran una "total politización del cuerpo policial", sobre todo por "la inacción" de los Mossos este domingo cuando diversos grupos de CDR cortaron durante 15 horas la autovía AP-7 para, posteriormente, levantar las barreras de los peajes, en plena operación retorno del puente.

Durante toda la jornada los Mossos no hicieron ninguna intervención para intentar desalojar a los concentrados en la calzada de la autopista. Fuentes de la Conselleria de Interior explicaron que un grupo de interlocutores de la Policía negoció durante todo el sábado con los concentrados. A pesar de haber decidido en asamblea que harían noche en la autopista, los manifestantes acordaron levantar la protesta antes de la medianoche.

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Las cartas

La respuesta del Gobierno no se ha hecho esperar y ha pedido este lunes por carta al Gobierno de la Generalitat que explique la supuesta falta de respuesta de los Mossos ante las actuaciones de este fin de semana. Es la primera de las "medidas de reacción" que ha prometido la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, y que Pedro Sánchez podría desplegar el próximo miércoles en el pleno monográfico sobre Cataluña en el Congreso. En total, son tres cartas que la vicepresidenta Calvo, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska y el de Fomento, José Luis Ábalos, han enviado a sus homólogos Pere Aragonés, Miquel Buch y Damià Calvet. En su misiva, Marlaska advierte la Generalitat que enviará las Fuerzas de Seguridad del Estado en Cataluña si los Mossos no cumplen sus funciones.

En las tres cartas, el ejecutivo español se interesa por los motivos por los que los Mossos no actuaron para impedir que se levantaran los peajes y para garantizar la libertad de movimiento. "Aparentemente ha existido una dejación de las funciones que tiene atribuidas este gobierno con consecuencias tan de carácter económico y social como para la seguridad pública", dice la misiva enviada por Calvo a Aragonés.

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Por su parte, el vicepresidente del gobierno catalán, Pere Aragonés, ha replicado al Gobierno que los Mossos se guían "siempre" por criterios técnicos y policiales, y ha negado que haya habido dejadez de funciones del cuerpo policial catalán. "La última huelga de taxis colapsó a todo el país y no se envió a la policía. ¿Por qué tiene que ser diferente con las protestas de los CDR que no han tenido ni la misma importancia ni las mismas consecuencias?", se ha preguntado Aragonés.

Los CDR cortan la AP7. EP

Los Mossos, en medio

En medio de este fuego cruzado se encuentran los Mossos, un cuerpo policial que ha manifestado, en repetidas ocasiones, su malestar "por sentirse utilizado por el poder político". Una reivindicación histórica que, en los últimos años del procés, se ha puesto todavía más de manifiesto, y ha dejado al descubierto una polarización existente entre colectivos de Mossos independentistas y unionistas.

De momento, el conseller de Interior, Miquel Buch, ha reafirmado que su prioridad es "defender el cuerpo y mantenerlo fuera de cualquier debate partidista y del foco mediático", y ha hecho autocrítica con las informaciones que se han publicado en los últimos días que hayan podido molestar al cuerpo.

Tras analizar profundamente los hechos, ha constatado que los dispositivos fueron "globalmente correctos con la información que ahora se dispone". De todas formas, sí que ha pedido potenciar los mecanismos de mediación en todos los conflictos, así como reforzar estrategias de comunicación para contrarrestar la difusión de noticias falsas en las redes. Buch también ha apostado por aislar políticamente las minorías violentas en una reunión mantenida con altos cargos de los Mossos y el presidente de la Generalitat que se encuentra actualmente haciendo un ayuno de 48 en el monasterio de Montserrat en solidaridad con "los presos políticos".