El sudoku catalán sigue sin encontrar su solución de continuidad. El presidente Artur Mas aprovecha las fiestas navideñas para formar su gobierno. Empieza débil y frágil. Está en manos de una Esquerra Republicana que juega a la ambivalencia porque ni es oposición ni es gobierno. Poco ha trascendido pero las quinielas empiezan a circular. Lo que está claro es que algunos consejeros están haciendo las maletas. Otros esperan que los salve la campana y los de Unió se mueven entre bambalinas esperando las negociaciones del presidente con Duran. Entre los que se van, Lluís Recoder el consejero de Territorio, al que algunos consideraban uno de los elementos emergentes del nacionalismo catalán. Una esperanza blanca que era un verso suelto y que mantuvo una discreta posición en el proceso hacía la independencia. Quizás esta posición poco entusiasta y su polémica decisión de privatizar Aguas Ter Llobregat, la mayorista de distribución de aguas, a favor de José Manuel Entrecanales de Acciona en detrimento de AGBAR le haya dejado en la cuneta. Otras fuentes apuntan que ha sido una decisión personal. Son las mismas que apuntan que también es personal el abandono del consejero de Industria, Francesc Xavier Mena, aunque su no continuidad era un secreto a voces. Un camino que seguirá, sin duda, la consejera que ha pasado con más pena que gloria por el gobierno de Mas, la de Justicia, Pilar Fernández Bozal.

El futuro Felip Puig
Sobre el futuro del contestado consejero de Interior, Felip Puig, todo es una incógnita. En las últimas semanas, el que sigue siendo un hombre fuerte en el partido ha tenido más de un traspiés a cuenta de las cargas policiales durante la huelga general y sus explicaciones en el Parlament. Mentir en sede parlamentaria no suele ser un buen aliado para la continuidad en un puesto como Interior. Dicho esto, Mas puede reubicarlo en otra responsabilidad para cuadrar el puzle del nuevo ejecutivo.

Francesc Homs
Lo que parece que toma cuerpo es la creación de una Consejería de Presidencia. Francesc Homs, el actual portavoz, puede asumir el mando de esta consejería de nueva creación. Es el que está mejor colocado para asumir el buque insignia del nuevo gobierno. Entre sus competencias se incluirían relaciones exteriores, la piedra filosofal que busca Mas para establecer un nuevo escenario ante Europa y las instituciones internacionales.

Los casos de corrupción
Sin embargo, el sudoku no se limita a la configuración del nuevo gobierno. Los casos pendientes con la justicia son la espada de Damocles del nacionalismo catalán. Por un lado, los casos constatados e investigados. El caso Palau y el caso de las ITV. Por otro, los informes y los rumores que llenan páginas y páginas de algunos diarios. Con orígenes poco claros y con informaciones no constatadas, estas informaciones preocupan en el nacionalismo catalán porque arrojan sombras de dudas. Para acabar de embrollar la situación, el diario El País ha publicado una información que apunta a grupos policiales “incontrolados” como autores de estas informaciones con el objetivo de desestabilizar el proceso de secesionismo de Cataluña.

PSC
En este escenario de inestabilidad, los socialistas no salen tampoco bien parados. La posición del primer secretario del PSC de no poner palos a las ruedas a la consulta soberanista no ha gustado en el PSOE. Pere Navarro se declara federalista y ha afirmado, por activa y por pasiva, que su voto será no a la independencia en un referéndum que debe ser legal. O sea, la consulta debe estar concertada con el estado español. Sin embargo, en Ferraz esto no es suficiente. El no debe ser contundente ante la independencia pero también ante la consulta.

La posición oficial de los socialistas catalanes trata, sobre todo, de conciliar posturas y evitar que se rompan costuras en el seno del PSC. En el partido conviven los que rotundamente se posicionan en contra de la consulta y de la independencia hasta los que son favorables a la consulta aunque son anti independentistas pasando por los que votarían sí en este referéndum. El coctel de tensión está asegurado porque estas sensibilidades pueden llegar a ser irreconciliables.

Como guinda al pastel, los empresarios están más que preocupados. Le pidieron a Mas prudencia y que renegara de ERC. El presidente ha hecho lo contrario. Necesitaba formar un gobierno soberanista. No hacerlo era reconocer implícitamente su fracaso electoral, personal y político. Así las cosas, el mundo empresarial se ha puesto de espaldas al gobierno. Gay de Montellà, el presidente de Fomento de Trabajo, será oscuro objeto de deseo desde el mundo nacionalista. No para convencerlo sino para provocar su caída. Las espadas en la gran patronal pueden, en breve, generar ruido de sables.

El PP de Sánchez-Camacho
Por último, el PP catalán está pasando su propio calvario. Sánchez- Camacho quiere seguir teniendo un papel protagonista pero algunos ministros de Rajoy están dispuestos a poner sobre la mesa sus valores patrióticos dejando al PPC de lado. Además, los populares catalanes tienen a Ciutadans marcando un perfil propio que les provoca vías de agua. Su espectacular subida en las últimas elecciones evitó el sorpasso sobre los socialistas. Y queda por saber cuál será el camino que seguirá el presidente del gobierno. De momento, Rajoy ha hablado poco, como casi siempre, pero su posición marcará la solución, o no, del sudoku catalán, de momento, sin solución.