Los comunes, liderados por Ada Colau, han decidido este miércoles que mantienen su postura y que tumbarán los presupuestos del Ayuntamiento de Barcelona, liderado por Jaume Collboni, en la votación de este viernes.

Los de Colau han mantenido su veto hasta el último momento, al igual que hicieron la semana anterior con las cuentas públicas de Pere Aragonès para la Generalitat.

Las bases se han posicionado ante la siguiente pregunta: "En caso de que el PSC mantenga su negativa a acordar un gobierno progresista antes del plenario municipal del 22 de marzo, ¿das tu apoyo a la decisión de votar en contra de los Presupuestos municipales de 2024?".

La respuesta ha contado con 165 votos a favor de votar 'no' a las cuentas, cinco en contra y cinco en blanco, de manera que han descartado "masivamente dar un cheque en blanco a los Presupuestos del gobierno del PSC".

En el mismo comunicado, BComú subraya que no comparte que el PSC pida a los grupos de la oposición aprobar los Presupuestos "sin antes haber podido hablar de las políticas y de qué modelo de ciudad defienden las mismas".

Esta decisión viene después de meses de negociaciones en tres partes que contemplaban a los comunes, ERC y Junts; por ello, Collboni aún insiste en no vincular la aprobación de los presupuestos de cualquier posible pacto de gobierno. Entonces, no se cerró la puerta a cualquier acuerdo, lo que ya confirmó el sí de los republicanos, aunque no ha bastado para obtener los de Colau.

La cuestión de confianza

Pese a la incertidumbre en la que cabalga en estos instantes la votación, Collboni confía en que sus cuentas salgan adelante. En el caso de que, salvo sorpresa, la votación resultara negativa, se dará paso a la convocatoria de un pleno extraordinario que vinculará los presupuestos a la cuestión de confianza.

Así, en el hipotético escenario en que no se presente ningún candidato alternativo que consiga la mayor cantidad de apoyos Collboni resultaría elegido automáticamente de nuevo como alcalde y los presupuestos saldrían adelante.

Esta ya es una mecánica que se pudo ver en la etapa de Ada Colau al frente del Ayuntamiento de Barcelona, cuando se vio obligada a aplicarlo en la primera legislatura. En el escenario actual, el gobierno municipal de Collboni estaría en minoría -contando sólo con 10 de los 41 concejales-.

Caída de presupuestos

En un plazo de tan sólo una semana, la actualidad frenética de Cataluña ha estado a la orden del día y, por ende, ha afectado a su vez a la del Gobierno central. Yendo por partes, cabe recordar que los comunes ya se negaron a aprobar las cuentas de Aragonès para la Generalitat, en este caso de ERC, si el Govern no garantizaba descartar el proyecto de Hard Rock. Debido a que el president no cedió, los presupuestos no salieron adelante.

La decisión consiguiente ya es conocida por todos: el adelanto electoral de la cita en las urnas catalanas para el 12 de mayo.

Como consecuencia, desde Moncloa, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, renunció a presentar a su vez los Presupuestos Generales del Estado para 2024, dando así la orden de trabajar enfocados en los de 2025 y en vista de una negociaciones que, de seguro, tampoco serán nada fáciles.

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