Barcelona se podría estar acercando a un pacto entre su alcalde, Jaume Collboni, y ERC después de la salida de Ernest Maragall de la formación republicana. Su sucesora, Elisenda Alamany, estaría acercando posturas con el PSC y, en consecuencia, se podría estar fraguando un acuerdo entre las partes.

En este movimiento de fichas, la que presiona ahora es Ada Colau, ex alcaldesa de la Ciudad Condal y líder en la misma por En Comú. En todo este movimiento de fichas, la estrategia de los comunes parece clara y pasaría por poner cerco en la medida de lo posible al responsable de Junts en el Ayuntamiento, Xavier Trias, quien quedó cerca de gobernar la ciudad el pasado mes de mayo.

Sea como fuere, Colau lo ha dejado claro también en público, ya en las últimas horas ha afirmado en la Cadena Ser que el acuerdo “no ha de ser difícil si hay voluntad política” y apuntaba directamente a la posibilidad de que se diera un tripartito del que formaran parte los Comunes, el PSC y ERC. La probabilidad está más cerca y parece más evidente que nunca, habida cuenta de que la posibilidad de que no existiera solo dependía de la presencia de Maragall en el Ayuntamiento, pues había dejado claro que mientras él capitaneara la Ciudad Condal no habría pacto alguno con la formación socialista, de la que él venía.

Cruce de palabras

La portavoz municipal de ERC, Raquel Sanz, criticó que Colau no se había interesado porque hubiera un Ejecutivo de izquierdas durante la pasada legislatura. Por aquel entonces, la líder de En Comú se negó a pactar con los republicanos, que habían ganado en votos y tenían un concejal más.

Con quien sí pactó Colau fue con el PSC, aprovechando así los miembros de la formación de Manuel Valls, que había roto con Ciudadanos para facilitarle a Colau el camino a la gobernabilidad con mayoría absoluta y evitar así que Maragall ocupara la alcaldía.

El cruce de reproches entre socialistas y comunes, más concretamente, entre la propia líder de En Comú y el PSC ha sido un constante. Así las cosas, si la primera ha dicho en alguna entrevista que el responsable de los socialistas catalanes en el Ayuntamiento ha mantenido la inacción durante siete meses -en lo que a presupuestos se refiere-, las voces socialistas tampoco se quedan exentas de críticas y preguntan el por qué de la “prisa” de la exalcaldesa en estos momentos.

Presionar a Collboni

Fuentes del PSC apuntan que la única intención de Colau no es otra que la de presionar a Collboni y califican como “problema” a algunas personas del Ayuntamiento, según informa El Confidencial, entre ellas el propio Ernest Maragall.

En otro orden de cosas, parece que Colau no estaría dispuesta a quedar bajo las órdenes de un alcalde que estuvo a las suyas en la anterior legislatura y que, además, nunca la replicó en público, llevando así a cabo una lealtad institucional que llegó incluso a levantar críticas dentro del PSC.

¿Qué va a pasar con Colau?

La clave para despejar la incógnita se encuentra en el futuro de Colau. Lo que se percibe en la mayoría de los lugares es que a la antigua regidora le va a costar ser subordinada de Collboni a la vez que lamentan que quieran controlar hasta el último punto de las negociaciones con el PSOE para formar parte de un Ejecutivo al que, a lo mejor, ni ella misma pertenece. Otras voces la sitúan como cabeza de lista de Sumar en las elecciones europeas, algo que ella desmiente.

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