[[{"type":"media","view_mode":"media_large","fid":"36583","attributes":{"class":"media-image size-full wp-image-146460","typeof":"foaf:Image","style":"","width":"640","height":"441","title":"El presidente de la Generalitat en funciones, Artur Mas (c), junto al l\u00edder del PSC, Pere Navarro (i); el presidente de ERC, Oriol Junqueras (2i); el presidente del Consell Escolar de Catalu\u00f1a, Ferran Ruiz Tarrrag\u00f3 (d), y la consellera de Ense\u00f1anza, Irene Rigau (2d), entre otros, a su llegada a la cumbre del Consejo Escolar de Catalu\u00f1a que se celebra hoy en Barcelona para defender el modelo de inmersi\u00f3n ling\u00fc\u00edstica. EFE ","alt":""}}]] El presidente de la Generalitat en funciones, Artur Mas (c), junto al líder del PSC, Pere Navarro (i); el presidente de ERC, Oriol Junqueras (2i); el presidente del Consell Escolar de Cataluña, Ferran Ruiz Tarrragó (d), y la consellera de Enseñanza, Irene Rigau (2d), entre otros, a su llegada a la cumbre del Consejo Escolar de Cataluña que se celebra hoy en Barcelona para defender el modelo de inmersión lingüística



Los resultados presagiaban lo peor y en lo peor estamos. CiU no consiguió la mayoría absoluta en el plebiscito que convocó Artur Mas. Y no sólo eso, en el órdago los nacionalistas catalanes perdieron doce diputados. Con este panorama, Mas podía poner el freno e intentar un acuerdo con los socialistas a la par que tender puentes con el PP. Sería investido presidente y tendría que aparcar la consulta secesionista. Este camino fue rechazado por un Mas dolido por la derrota y débil en el seno de Convergència Democràtica. No podía aceptar la derrota ni políticamente ni personalmente. Bajo este prisma, CiU inicia su particular huida hacia adelante con el argumento que los soberanistas han ganado las elecciones.

El pulso entre CiU y ERC
Sin embargo, ERC no está dispuesta a churrascarse dando apoyo a una dura política de austeridad. 4000 millones es la cifra de los recortes que los republicanos no pueden apoyar so pena de tener un duro castigo en las urnas. El nacionalismo ha descubierto que les une el objetivo de la independencia pero que les separa ver las cosas desde la derecha o desde la izquierda. Consciente Oriol Jonqueras del problema se ha esmerado en presentar una batería de propuestas de carácter impositivo. El objetivo, recaudar más a cambio de recortes menos sangrantes. Para colmo, Mas intenta controlar los tiempos y no quiere verse atado por una fecha para la consulta. ERC aprieta y Mas no acepta ni tiempos ni políticas impositivas que no serían bien vistas por una buena parte del electorado nacionalista.

Por su parte, el líder de Unió juega sus cartas. No le gusta el acuerdo con ERC y lo dice. No quiere ni fecha ni oír hablar de aumentos impositivos. Duran sabe que si hay acuerdo estable pintará poco, a no ser que los diputados democristianos decidan romper, cosa harto improbable. Si no hay acuerdo puede ser acusado de ser el culpable de dar al traste con la transición nacional. Pero, si el acuerdo es sinónimo de inestabilidad, Duran puede jugar sus cartas que miran más hacia socialistas y populares.

En conclusión, las diferencias para alcanzar un acuerdo económico y para controlar los tiempos de la consulta han dado al traste con un gobierno estable. Mas será investido el día 21 como presidente de la Generalitat con los votos de CiU. Pero sólo eso. Esquerra se ha dado tiempo para alcanzar un acuerdo. El tiempo corre a su favor porque la necesidad de CiU irá en aumento.

PSC, PP y Ciutadans
Conclusión, el plena crisis económica, con un paro en aumento y una deuda disparada la inestabilidad gobernará Cataluña. Ciutadans, PP y PSC velan sus armas. Los de Albert Rivera dispuestos a hacer la vida imposible a un gobierno débil. La primera andanada será presentar una moción de censura. El PP de Camacho está pasando un mal momento. Los misiles que envía Madrid no se lo ponen fácil a la líder del PP que no ha dudado en esta semana en dar un capón al ministro Wert. Sin embargo, sabe que cuenta y trata de hacerse un sitio ofreciendo de forma virtual un posible acercamiento a CiU en forma de estabilidad. Los socialistas tienen dos frentes abiertos, como mínimo. El primero ante el PSOE para forzar el debate sobre el modelo federal y articular un modelo y un discurso. El segundo el de ejercer de primer partido de la oposición aprovechando que ERC estará en una posición compleja dando apoyo a un gobierno a la vez que estar en la oposición. En este punto, Pere Navarro ha decidido situar su discurso en los recortes dejando en segundo plano la consulta. Por su parte, IC espera también su momento, que puede llegar abriendo un nuevo frente a Mas: la transparencia. El caso Palau y las ITV prometen centrar debate político. Si los de Joan Herrera piden una comisión de investigación ERC volverá a ser cogida entre dos fuegos. O sostener el Govern o dar apoyo a la comisión de investigación.

La inestabilidad está garantizada
Con este panorama, la inestabilidad está garantizada. La pregunta es cuánto aguantará un gobierno liderado por Artur Mas con este precario apoyo de los republicanos. Cuáles pueden ser los movimientos del presidente y de CiU. No hay que descartar nada porque a la inestabilidad social ahora se suma una inestabilidad política de primera magnitud. Esperemos que la inestabilidad total no acabe en siniestro total.

Toni Bolaño es periodista y analista político