El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, y el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, acordaron este miércoles la subida de la fiscalidad turística a los cruceros que pasen menos de 12 horas en el puerto de Barcelona, los considerados de mayor impacto para la Ciudad Condal.
En concreto, Illa y Collboni han acordado eliminar el límite del recargo municipal de la tasa turística, que actualmente es de cuatro euros, para los cruceristas de corta estancia, una modificación que tendrá que concretarse en el próximo proyecto de presupuestos, según han adelantado ambas instituciones.
“Una fiscalidad sustancialmente más alta nos tiene que ayudar a controlar la demanda que hay de cruceros de escala, de menos de 12 horas, que son los que hacen un uso más intensivo de la ciudad y que crean más tensiones en el espacio público”, ha subrayado Collboni.
Así, el alcalde de la Ciudad Condal ha recordado que Barcelona recibió el año pasado 1,6 millones de visitantes de este tipo y que hay perspectivas de crecimiento, crecimiento que “no es asumible” para la ciudad.
Y es que en lo que se refiere al primer semestre del año, el puerto de Barcelona ha registrado 323 escalas de cruceros, el 83% de ellos con Barcelona como base, frente al 79% registrado en todo 2023.
Con el fin de frenar la masificación turística, el alcalde de Barcelona ha aseverado también que cuenta con el compromiso de la Generalitat para blindar la extinción de los 10.000 pisos turísticos que actualmente constan en la ciudad.
Por su parte, el conseller de la Presidencia, Albert Dalmau, confirmaba el acuerdo y aseguraba que esta cuestión se abordará en el marco de la negociación para los presupuestos de 2025 y que irá acompañada de "una reflexión sobre la fiscalidad turística" más global que podría afectar a toda Cataluña.
Con el fin de frenar la masificación turística, el alcalde de Barcelona ha aseverado también que cuenta con el compromiso de la Generalitat para blindar la extinción de los 10.000 pisos turísticos que actualmente constan en la ciudad.
