El 17 de agosto Barcelona vivirá una jornada de recuerdo a las víctimas de los atentados de radicales islamistas después de un año en que la ciudad quedó paralizada ante el ataque a las populares Ramblas.

El Ayuntamiento de Barcelona ha organizado un acto “ciudadano” en el que no habrá ni discursos ni preminencias protocolarias. El acto de poco más de 30 minutos, se realizará en la céntrica plaza Catalunya, dónde la música y la poesía serán los ejes centrales. El recordatorio se iniciará con la interpretación de El Cant dels Ocells, la música que hizo popular el insigne celista Pau Casals y que el FC Barcelona así como otras organizaciones utilizan para guardar el minuto de silencio.

Se leerá un poema de diferentes religiones en siete idiomas y el acto lo cerrarán los músicos de las escuelas municipales con la interpretación de cuatro piezas. El Ayuntamiento de Ada Colau prevé un acto “sencillo y lleno de emotividad”.

No obstante, desde sectores independentistas se prevé boicotear la presencia del Rey y de Pedro Sánchez. En la manifestación del 26 de agosto del año pasado de repulsa por los atentados, grupos organizados de secesionistas ya abuchearon a Felipe VI y a Mariano Rajoy. Ahora, algunos piden que no se asista, mientras que otros quieren protestar delante del jefe del Estado.

Aunque la Generalitat de Quim Torra ha roto oficialmente relaciones con la Casa Real, el president estará en el acto, junto a todo su Govern. Antes, no obstante, habrá una reunión extraordinaria no decisoria del Consell Executiu de la Generalitat.

Un año atrás

El 17 de agosto de 2017, a las cinco de la tarde, una furgoneta conducida por Younes Abouyaaquob entraba por el paseo de las Ramblas y atropellaba a todo humano que encontró. En total, 16 muertos y más de 130 heridos. El atacante huyó a pie atravesando el Mercado de la Boqueria hasta que llegó a la Zona Universitaria, dónde apuñaló mortalmente a Pau Pérez, a quién sustrajo el coche, que abandonó en Sant Just Desvern después de arrollar una patrulla de Mossos d’Esquadra. Siguió su huida a pie hasta en pequeño pueblo de Subirats, dónde fue abatido por los Mossos el 21 de agosto.

Cambrils

Un grupo de terroristas de la misma célula se dirigieron a la zona costera de Cambrils. Atropellaron en su paseo marítimo a los peatones y acuchillaron a una mujer. En total, 1 muerto y siete heridos. Los Mossos y la Policía Local abatieron a tiros a los terroristas.

Explosión en Alcanar

El día antes de los atentados, hubo una explosión en Alcanar. Allí perdió la vida el máximo responsable de la célula, según la investigación, el imán Abdelbaki Es Satty. Este clérigo musulmán había sido detenido años atrás por tráfico de drogas e internado en la prisión de Castellón, dónde cumplió condena y dónde agentes de los servicios de inteligencia español (CNI) lo visitó en diversas ocasiones.

En la investigación judicial se trasluce que los terroristas preveían realizar un gran atentado con las bombonas de butano acumuladas en la casa de Alcanar en el campo del FC Barcelona o en la Sagrada Familia, pero cambiaron de planes al perder la carga mortífera y decidieron el atropello masivo tanto en las Ramblas de Barcelona como del paseo marítimo de Cambrils.

La investigación de los atentados corrió a cargo de los Mossos d’Esquadra, entonces dirigidos por Josep Lluís Trapero, quien posteriormente sería imputado por la Audiencia Nacional por su labor en el referéndum del 1 de octubre. El jefe político de Trapero era Joaquim Forn. El entonces conceller de Interior se mantuvo en un plano secundario dejando todo el protagonismo mediático a Trapero. Ahora Forn está en la cárcel acusado de rebelión a causa de su participación del intento secesionista del 27 de octubre pasado.

Desde la Generalitat siempre se ha puesto en duda la colaboración del ministro de Interior español Jorge Fernández, quién habría ordenado ocultar información a la Generalitat. No obstante, tanto la CIA de Estados Unidos como el CNI habrían alertado a los Mossos por canales no oficiales de la posibilidad de un atentado en Barcelona, aunque parece que no habría datos concretos sobre esta amenaza potencial.

Ahora, un año después, con las heridas cicatrizadas por un largo duelo, Barcelona se prepara para recordar a las víctimas.