El Ayuntamiento de El Casar (Guadalajara), gobernado por Partido Popular y Vox, aprobó la semana pasada una moción presentada por el Grupo Municipal Vox para solicitar la suspensión inmediata del Programa de Lengua Árabe y Cultura Marroquí (PLACM), implantado en varios centros educativos de Castilla-La Mancha y del territorio nacional. La propuesta salió adelante con siete votos favorables de los ediles de Partido Popular y Vox, mientras que la oposición votó en contra, salvo un edil socialista que optó por abstenerse.

La iniciativa, impulsada por Vox y respaldada sin matices por el PP, se posiciona abiertamente contra un programa que lleva años desarrollándose en Castilla-La Mancha de forma voluntaria y extracurricular, con el aval del Ministerio de Educación y en colaboración con el Reino de Marruecos.

Lejos de limitarse a aspectos administrativos o de gestión educativa, la moción contiene un discurso cargado de referencias ideológicas, afirmando que el PLACM “institucionaliza una cultura ajena”, “permite injerencias extranjeras” y amenaza “la cohesión nacional”.

Un texto que pone en cuestión no solo la utilidad del programa, sino la propia legitimidad de que existan contenidos educativos orientados a la diversidad cultural, llegando incluso a plantear que el sistema educativo debe circunscribirse a los “valores propios de la civilización occidental y cristiana”.

Estas expresiones, que apelan a un nacionalismo cultural excluyente, fueron justificadas por la portavoz de Vox en el Ayuntamiento, Olga González, quien también ocupa las concejalías de Familia, Asuntos Religiosos, Consumo y Sanidad en el consistorio guadalajareño. 

Asimismo, durante la defensa de la moción, se refirió al mantenimiento de la “unidad cultural” de España frente a lo que denominó “agendas globalistas e intereses diplomáticos ajenos”.

Lejos de matizar ese discurso, el PP, con su alcalde a la cabeza, respaldó la moción en bloque, alineándose con una narrativa que plantea la diversidad como una amenaza y no como una oportunidad para construir una sociedad más integradora.

Una iniciativa que criminaliza a una parte del alumnado

El PLACM es un programa dirigido a estudiantes de origen marroquí, y tiene como objetivo facilitar el mantenimiento de la lengua y la cultura de origen, favoreciendo la autoestima, la conexión con las raíces familiares y, en última instancia, una integración real desde el reconocimiento mutuo. Se imparte fuera del horario lectivo, no sustituye ninguna materia obligatoria y cuenta con supervisión del Ministerio.

La moción aprobada en El Casar parte de premisas alarmistas, acusando al programa de “fracturar la convivencia” y “crear guetos culturales”, cuando precisamente se trata de una herramienta pedagógica que promueve la convivencia intercultural, en línea con los principios educativos de la Constitución Española y las recomendaciones de organismos internacionales.

Además de la petición de suspensión del programa, la moción aprobada exige que ningún centro educativo pueda albergar actividades promovidas por gobiernos extranjeros sin supervisión del Estado español, y que se traslade esta postura al Ministerio de Educación, a la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, a los centros escolares del municipio y a las asociaciones de madres y padres.

Competencia autonómica

A pesar de la moción aprobada por el Ayuntamiento de El Casar, la aplicación del Programa de Lengua Árabe y Cultura Marroquí (PLACM) no depende de la administración local, sino de la Consejería de Educación de Castilla-La Mancha y del Ministerio de Educación y Formación Profesional, que son las instituciones competentes en materia educativa.

Por tanto, los alumnos que actualmente están adheridos a este programa seguirán cursándolo con normalidad. La moción, de carácter simbólico, supone una declaración política sin efectos ejecutivos inmediatos sobre el funcionamiento de los centros escolares.

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