La Axarquía es una de las nueve comarcas de Málaga enclavada en la parte más oriental de la provincia. Se extiende por la costa y el interior con 31 municipios, la mayoría de ellos de interior y montañosos de muy reducido número de habitantes pero de un encanto extraordinario como pueblos blancos. Sus municipios costeros conforman la Costa del Sol Oriental, destacando la que denominan como “Capital de la Axarquía”, Vélez-Málaga, Rincón de la Victoria, Nerja o Torrox. Si la zona de interior y sus pequeños municipios no se pueden catalogar en “stricto sensu” como “Málaga vaciada”, es porque, a pesar de una mínima pérdida de residentes, la mayoría de estas localidades han fijado su población gracias a la industria del turismo de su litoral y al creciente e importante cultivo de su “oro verde”, los subtropicales, frutos, especialmente mangos y aguacates, que comenzaron a implantarse en los años sesenta del siglo veinte. Unos cultivos que han hecho de este territorio el gran productor de estas frutas a Europa.

Un gran pantano que muere

Pero este cultivo, la esperanza de futuro de la comarca, está en serio peligro y actualmente muy afectados por la terrible sequía, el enorme calor de este verano, la casi desaparición física del pantano de La Viñuela. La escasez de lluvia y las bajas reservas hídricas están ahondando en el agotamiento de los recursos hídricos de este territorio. Cabe destacar que este pantano, la mayor presa de la provincia con una capacidad de 165,43 hectómetros cúbicos, se muere a fecha de hoy. El problema reside en que el pantano, del que también depende el consumo de sus habitantes, se muere, hallándose con una imagen desoladora con un escaso 10 % de su contenido y un exiguo aprovisionamiento de menos de 15 hectómetros cúbicos. Un pantano, técnicamente casi muerto, sino muerto del todo.

Mango y aguacates, el “oro verde”

En la comarca se ubican la mayor plantación de España y Europa de mango, 4.800 hectáreas, un 90 % del total de Andalucía. La producción de mango en Andalucía supera las 28.100 toneladas, produciendo Málaga el 85% del volumen andaluz. También lidera ese ranking continental y nacional en otro producto, el principal, el aguacate con más de 5 millones de árboles, 7.500 hectáreas y una producción de casi 100.000 toneladas anuales. Pero todo ello está en peligro y su futuro amenazado de seguir la escasez de agua y con la espada de Damocles de un cambio climático que se agudiza cada año y que, en 2022, ha llegado a un caso extremo. Y es que la Axarquía se ha convertido en una de las zonas en riesgo de desertificación más significadas de la Península ibérica. Es triste ver imágenes de este verano -y actualmente-, en el que en los campos de subtropicales se llena de mangos y aguacates en el suelo. Muchos nos se recogen o simplemente se arrancan árboles para que el resto puedan sobrevivir con el escaso riego para replantando en el futuro. También se han realizado talas enormes con lo que conlleva de pérdidas de frutos. La escasez de agua también conlleva que el producto tenga un menor tamaño y, por ende, un menor precio en el mercado, especialmente en el europeo, donde se valora su mayor tamaño, desconociendo que con formato más reducido, los frutos son más sabrosos. Por otro lado, los pocos afortunados que aún disponen del líquido elemento en pozos, sufren en su agua altas concentraciones de sales que afectan al tamaño de los productos recolectados.

Una riqueza amenazada

La perniciosa consecuencia de este año agrícola es que se perderá la mitad de la cosecha de aguacate y una buena parte, también de mango. Este último fruto necesita algo menos de riego. El aguacate además de más necesitado de agua, es menos resistente al estrés hídrico. Desde septiembre los agricultores axárquicos miran al cielo y oyen las previsiones meteorológicas. Agricultores que todos los días esperan que el agua, ese líquido salvador, llegue como maná salvador.

Pérdidas de la mitad de la cosecha

Según representantes de colectivos agrarios, en esta campaña de aguacate que comenzará en noviembre y finalizará en marzo, los agricultores sufrirán unas pérdidas de la mitad de la cosecha, aproximadamente unas 20.000 toneladas. En cuanto al mango que se recolecta desde octubre, debería tener consecuencias menos negativas, comparadas con las del aguacate. Ciertamente se va a pasar de haber podido tener una cosecha récord a una similar a la de la temporada pasada, pero el precio que va a tener y la competencia puede dar al traste con la campaña. Según el Observatorio de Precios y Mercados de la Junta de Andalucía, en 2021 el valor de la producción descendió respecto a la campaña anterior, debido a la caída del precio en origen de un 26%. La tendencia a la baja se repite también este año.

Demandan precios justos y mayor control de las importaciones

Representantes de COAG y UPA Málaga, advierten hoy de que son necesarios precios justos y un mayor control de las importaciones para garantizar el futuro de los productores de mango. El presidente de la Mancomunidad de Municipios de la Axarquía, y alcalde de La Viñuela, José Juan Jiménez, reclama la mejora de la comercialización del mango malagueño y una mayor apuesta de las administraciones por promocionar su consumo. Jiménez ha anunciado la presentación de una moción en los ayuntamientos de la provincia. El secretario general de COAG Málaga ha afirmado: “Ante la campaña del mango hay agricultores que están comprando cubas de agua para que no se sequen sus árboles, que vendiéndolo a buen precio ni siquiera iban a cubrir los costes”.

Alcaldes muy preocupados

Alcaldes de municipios afectados y en los que la producción de subtropicales, en este caso el mango, sufre el rigor de este escenario, nos manifiestan su preocupación. Tanto el regidor de El Borge, Raúl Vallejo, como el de Almáchar, Antonio Yuste (ambos en la foto), apelan a la implicación de todas las instituciones en la búsqueda de soluciones. Compatibilizar el agua para el consumo de los vecinos y vecinas y continuar con la agricultura subtropical, son opciones no solo excluyentes, sino además necesarias y compatibles, coinciden los alcaldes en declaraciones a ElPlural.com.

¿Soluciones?:Haberlas haylas” aunque complejas

No son fáciles, pero desde distintos sectores se piden aumentar el volumen y el número de plantas desaladora y aumentar los trasvases. También se apela a un uso más amplio de aguas regeneradas que actualmente se usan de manera muy restringida, así como se apuesta por mejorar la eficiencia del riego. Otra solución parcial que sumar a las otras, sería el cultivo de variantes de aguacate con menor necesidad de agua, Existen variantes de este fruto que se adapta a suelos más salinos y a condiciones más negativas como lo es el de la falta de agua y la sequía”.

Nuevos frutos de futuro: papaya, carambola, longan, lichi…

Con la situación perversa actual, es difícil pensar en proyectos que hace dos años se estudiaban como elementos para convertir a la Axarquia en la California andaluza. Me refiero a ampliar el catálogo de frutos subtropicales cultivados en la comarca. Se trataría de  de exóticas frutas y de valor extraordinario. Productos que hoy son importados desde países lejanos pero que podrían adaptarse a esta parte oriental de la provincia de Málaga. Si se hubiera gua, en un futuro inmediato la Axarquía tiene potencialidades para cultivar nuevas frutas como la papaya, carambola, longan, lichi, lúcuma u opitaya. Algunos de estos productos que podrían dar la vuelta a la economía de este territorio, ya se están cultivando de manera residual y experimental. El agua, el líquido elemento y la búsqueda de soluciones, tiene la palabra. Pero mientras esos sueños se pudiesen hacer realidad, lo cierto es la Axarquía se asfixia y su “oro verde” se seca.