Un lince ibérico, que tenía por nombre Marvel, ha sido localizado este domingo sin vida y con más de 300 plomos de escopeta en la zona del Guadalmellato, en Córdoba. Todas las hipótesis apuntan a un cazador, ya que la munición encontrada en el cuerpo del animal es la utilizada habitualmente por los cazadores. No obstante, es altamente improbable que la Guardia Civil pueda dar con el autor de los disparos.

El director del programa Life Iberlince de conservación del lince ibérico, Miguel Simón, ha explicado este domingo a Europa Press que en la necropsia se ha revelado que "a este lince se le disparó muy cerca" porque "tiene más de 300 plomos de escopeta".

Así, este animal fue localizado este pasado viernes por el radiocollar y los miembros del programa aportarán todos los datos a la Guardia Civil, que será el cuerpo encargado de investigar este suceso.

Evolución positiva

En el año 2018, según datos provisionales facilitados a Europa Press por el Ministerio de Transición Ecológica, han nacido "unos 125" cachorros de lince ibérico. Con estos nuevos nacimientos, fuentes del Ministerio prevén "con muchas precauciones" que el censo total de linces en España en 2018 sea superior al de 2017, "con unos 650 linces frente a los 600 del año anterior".

Al menos 27 linces han fallecido atropellados en 2018 en España, lo que supone el "segundo año con mayor número de atropellos de la historia", un dato que para WWF "sigue siendo negativo".

Así lo ha confirmado a Europa Press el responsable del Programa de Especies de la ONG, Luis Suárez, quien ha destacado que el número total de linces fallecidos en 2018 "debe estar por encima de los 30" y que la caza furtiva de esta especie "ha sido escasa", ya que "no ha habido datos muy significativos" en este aspecto.

Los puntos negros

En este sentido, Suárez ha hecho hincapié en que el 20% de los casos registrados de atropellos de lince ibérico en España ha sucedido en dos puntos negros de carreteras de Andalucía.

El responsable del Programa de Especies de WWF España explicaba recientemente que en una reunión llevada a cabo con la Dirección General de Carreteras se confirmaba el inicio de las obras en la carretera A-4 vinculadas al programa 'Iberlince', mientras que se están tramitando y a punto de licitarse los trabajos en esta vía fuera del proyecto y en la N-420 que une Cardeña y Montoro (Córdoba).

"Son lugares de sobra conocidos, en los que tenemos una concentración muy alta de atropellos que se podría evitar. Todavía hay que acabar las obras en estos puntos", ha apuntado. Para el experto, el principal reto para 2019 es "agilizar" la ejecución de las obras en los puntos negros y empezar a trabajar en otras zonas del territorio donde vayan apareciendo distintos puntos negros, como la carretera A-4 a la altura de Almuradiel, en Ciudad Real. 

"En otros puntos del territorio vamos a tener una mortalidad un poco difusa, porque hay tantas carreteras que en cualquiera de ellas pueden morir. Siempre va a haber un goteo de animales muertos, es imposible intervenir en cualquier carretera, pero sí trabajar en los puntos en los que hay varias muertes", ha señalado Suárez.